El corazón de Ah' Canul - 24
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José "Pepe" Fernández Tuyín (1915-1984)
Trovador y panadero
Carlos A. Fernández Canul
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Trovador y bohemio de nacimiento, de oficio panadero y conocedor de muchos conocimientos, un hombre que se distinguió por su sencillez y que su paso por la vida, lo hace ocupar un lugar en la historia de esta ciudad.
José Marcos Fernández Tuyín nació en Progreso, Yucatán el 15 de abril de 1915, sus padres fueron Martín Fernández Díaz (de origen Español y Cubano), y Clara Tuyín Cab, fue el mayor de 4 hermanos que fueron Alfonso, Sarita y María del Socorro. En Progreso fundó el Primer Sindicato de Panaderos “Sacco Vanzeti” con el Lema ”Unidos venceremos”.

Llega a este lugar en 1945, junto con su hermano menor Alfonso, llamados con el mote de “Los cubanos”, ambos de oficio panadero, e instalan su primera panadería llamada “La Nueva”, la cual se inaugura el 1 de enero de 1946, luego le ponen el nombre de “La Principal” , fue pionero de esta industria la cual estuvo ubicada durante muchos años en la esquina de las calles 20 x 19 (actualmente papelería “Karla”), posteriormente se ubicó en la calle 19 al lado del Cinema “Camino Real”, elaboraba gran variedad de panes como hojaldras, camelias, cocotazos, biscochos, pan batido, francés, creador las “hogazas” y las medias noches, bizcochos panuncianos y otras especialidades del pan bueno,. José Fernández se casó con Isabel Canul Ojeda con quien procrea 7 hijos (José Jesús, Vicente, Juan Manuel, Jorge Alberto, Carlos Antonio, Mario Enrique e Ismael).

Pepe Fernández como se le conoció en la ciudad, corría por sus venas la sangre del artista, trovador y bohemio, todas las noches se reunía con sus amigos en interesantes tertulias en el desaparecido “Café América” de Gonzalo Baeza García, (actualmente nevería de la “Antequera”) ahí departía el sabroso “café” junto con sus amigos trovadores de aquel tiempo (1960) José “Pepe” Mijangos, Jaime Terrones, José Escalante “Pepe bomba”, Claudio Interián, Humberto “El Betún Suárez”, Alberto Pacheco, el cantante Gilberto Suárez Avila y otros, que marcaron una “época en la trova calkiniense”, vaya a través de estas líneas nuestro “Reconocimiento” a estos pioneros, ahí ensayando, los contrataban para llevar “serenatas” a las novias de los enamorados de aquella época.

Formó parte activa, en las fiestas del carnaval, donde tocaba para las estudiantinas de varias escuelas como la Primaria “Mateo Reyes”, acompañó junto con otros músicos la Comparsa de las “Viejas verdes” que comandaba la “Tía Huacha” Eufrasia Sierra. Pepe Fernández también acompañaba a los artistas de los “Circos” que llegaban a la ciudad, participaba en veladas de las escuelas, acompañando a su hijo Jorge que cantaba bien las “canciones rancheras”, así como en otros eventos culturales acompañando a cantantes como Socorrito Pérez, María Rivero, etc.

En su vida política, fue priista de corazón, fue Regidor de Salubridad (rastro, mercado e higiene pública) del Ayuntamiento en el trienio del Dr. Eduardo J. Baeza García (1956-1958), así como precursor de varios proyectos en beneficio del municipio.

Es a grandes rasgos, parte de la vida de este personaje, que a su paso por esta tierra dejó una huella que es justo reconocerla, falleció el 5 de octubre de 1984 en esta ciudad, rodeado de sus hijos, nietos y numerosos parientes, sus restos descansan en el panteón municipal de este lugar, y como el dijo, “quiero descansar en esta tierra bendita que me dio muchas satisfacciones y donde nacieron la mayoría de mis hijos”.

En su memoria el historiador y poeta Fred Jorge I. Berzunza Chacón le escribió un poema que dice:

 
“A LA MEMORIA DE DOS TROVADORES”
 

La luna camina el cielo
con grandes zancadas blancas
mientras la guitarra llora
por la dulce enamorada

Notas que vibran la noche
en la garganta trovera,
mientras que los grillos zumba
al paso que va la luna.

¡Se murió Pepe Fernández,
trovador y panadero¡
el horno vive callado
en las madrugadas largas

y el pan ya no se cocina.
con la música de ensueño.

¡Se murió Pepe Escalante,
Trovador y alhajero¡
y las joyas ya no alumbran
las madrugadas vacías
al compás de la guitarra
pulsada en manos troveras.

¡Qué triste vuela noche
sin las guitarras troveras¡
no hay voz de Pepe Escalante
ni son de Pepe Fernández¡¡.