El corazón de Ah' Canul - 26
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Cápsulas científicas
Uriel Márquez
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Las Neuronas Espejo: Cuando vemos y oímos que una persona ríe, generalmente nos sentimos contagiados y reímos también. Puede suceder algo semejante cuando la vemos “bañada en llanto.”

¿A qué se debe esa reacción o conducta en nosotros?

La respuesta es que tenemos en una región del cerebro (área de Broca), unas células que son las causantes de esta conducta, y nos inducen a imitar a quienes nos rodean; se les conoce como “neuronas espejo”.

No solamente actúan en las emociones mencionadas sino también se manifiestan en muchos momentos de nuestra vida. Generalmente los niños copian los movimientos y acciones de quienes los rodean. Esta imitación es necesaria para adquirir las habilidades sociales, y para transmitir conocimientos e información útiles en nuestro crecimiento y desarrollo.

Inteligencia e Información
Las cosas no están hechas de otras cosas, sino que están hechas de ideas, inteligencia e información.

Todo lo que nos rodea, producto de acción humana: edificios, muebles, vehículos, computadoras, etc., esencialmente son de átomos, moléculas y materiales que estaban aquí en el universo desde mucho antes de que apareciera el ser humano, y no fue sino hasta cuando el hombre aplicó su inteligencia y su acción en esos elementos naturales, que se transformaron en satisfactores.

Si el hombre no hubiera aparecido en la faz de la tierra, esos átomos y elementos seguramente continuarían existiendo dispersos como originalmente estaban.

Apoptosis
Podríamos interpretar el significado de este término, como una muerte programada de algunas células, para que nuestro cuerpo pueda sobrevivir, crecer, desarrollarse y adaptarse a la existencia.

De recién nacidos en nuestro cerebro existió un número excesivo de neuronas, que de haber persistido no hubiera podido llevarse a cabo las reacciones especificas para el adecuado funcionamiento del órgano tan esencial en la vida.

Mediante la apoptosis fueron eliminados gran número de neuronas, y de este modo quedó el espacio suficiente para que dichas células lleven a cabo sus intercomunicaciones o sinapsis.

Cuando fuimos fetos, y estábamos en el vientre materno nuestros dedos estaban unidos por una membrana semejante a la de los palmípedos; la apoptosis eliminó esas células para que al nacer nuestras manos y pies, tuvieran los dedos separados e independientes uno del otro, que es como los tenemos.

Mapas de la Realidad
Tendemos a creer que la imagen existente en nuestro cerebro, es fielmente la realidad de lo que está “allá a fuera”. Pero no es así. Basta comparar o confrontar las ideas o imágenes que tenemos en la mente-cerebro con las de otras personas, para que nos demos cuenta de que no existe una coincidencia integra y total de eso que captamos, interpretamos y llamamos realidad. Lo que existe en nuestro interior (cerebro), son representaciones que se les conoce como “mapas de la realidad”. El territorio es el mundo y lo que nosotros tenemos es una imagen de ese mundo. En algún punto nuestra conciencia no puede obtener toda la información disponible que nos rodea, y por ello la que poseemos resulta limitada e incompleta. Sin embargo es la única que poseemos, y ella nos sirve para caminar por la vida.

Con frecuencia debemos revisar nuestros mapas, pues de no hacerlo, en un mundo tan cambiante como el actual, podríamos quedar muy desplazados y caer en extravíos.

Si el río avanza, acompañémoslo en su curso.