El corazón de Ah' Canul - 51
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La mentira...un pozo sin salida...o un mal necesario...
Gaspar Herrera Farfán
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La mentira es un pecado…bueno…eso si acaso creemos en el fuego quemante del infierno o si caminamos de puntitas por el mundo para no despertar a quienes con su moral pudieran señalar ominosamente a quien la utilice para los fines condenatorios de su alma.

Leo Strauss (filósofo) acentuó la necesidad de mentir para ocultar una posición estratégica o para ayudar a la diplomacia (desde Maquiavelo hasta la mentira noble de Platón). Bueno, estableciéndolo en los términos de la política en donde todo es válido siempre y cuando se dé en el marco de la “legalidad” ¿?

Ahora…si de San Agustín hasta Santo Tomás de Aquino (santos de renombre y milagros), aceptaron la existencia de ocho mentiras el primero y que las ordena de la siguiente manera: -las mentiras en la enseñanza religiosa; -las mentiras que hacen daño y no ayudan a nadie; --las que hacen daño y sí ayudan a alguien; -las mentiras que surgen por el mero placer de mentir; -las mentiras dichas para complacer a los demás en un discurso; -las mentiras que no hacen daño y ayudan a alguien; -las mentiras que no hacen daño pero pueden salvar la vida de alguien; y -las mentiras que no hacen daño y protegen la pureza de alguien. Y tres mentiras el segundo,  que se establecen de la siguiente manera: LA ÚTIL, LA HUMORÍSTICA Y LA MALICIOSA y que las tres son pecados, los dos primeros pecados veniales y la tercera pecado mortal (wilkipedia)…entonces, como seres comunes y corrientes y dados al aplauso y al compromiso de hecho y de palabra…o sea…en este enorme hormiguero en que se cocina una convivencia obligada no nos cuidamos de las mordidas de las hormigas porque en medio de la incredulidad aún creemos en la nobleza de la rectitud y la honestidad con que de alguna manera regaron los años de nuestra infancia para alcanzar una adolescencia en la que el punto de integración social era el trabajo, el esfuerzo, la buena conducta, hasta cierto punto la inocencia al tener actitudes y discursos transparentes…entonces…creemos en todo y en todos…en el que habla bonito…en el que promete…en el que se dice amigo…en el que se hace compadre…en fin…yo digo…¿San Agustín y Santo Tomás Juntos?...vaya dilema que trae miles de recuerdos acumulados en que la palabra mentira se ha utilizado para creer…para hacer creer y hasta para cambiar y transformar…

Creer no es malo sino por el contrario…cuando se establece el vínculo directo con el creer las cosas se hacen más fáciles porque todas se abren con la llave maestra de la confianza. La vida le da el nombre de FE y el hombre que se jacte de serlo lo podrá obtener tan solo con la persistencia y la perseverancia. ¿Alguna mentira piadosa en el camino?...si así sucediera entonces se disiparía la FE para dar paso a la conveniencia y al manipuleo perdiendo la esencia entonces del creer en mí…del creer en ti…del creer en todos (si en algún momento alguien pudiera sentir que esto se ha dado ya en esta azarosa existencia, les aseguro que es pura coincidencia).

Para hacer creer no solo se necesitan palabras bonitas y dibujadas de manera magistral sino que éstas lleguen primero al oído para ser capaces de hacer una revolución en el cerebro que permitan una inmediata comparación del mensajero y del mensaje que reflejen la congruencia de una manera clara y precisa del objetivo y del propósito…del compromiso y de la verdad…del tiempo y de la distancia…de su convicción a mi resistencia. Sintetizando la paradoja de Epemínedes acá lo más detectable es…”MIENTO-HABLO” para convencer. ¿Será acaso verdad que para convencer a fuerzas se tenga que mentir? (¡Dios nos libre de ese ominoso pecado!).

El cambio y la transformación de los pueblos, depende de manera directa del cambio y la transformación de sus ciudadanos, porque de ellos es la enorme responsabilidad de elegir “libremente” a sus gobernantes…a sus líderes…a sus autoridades…en fin…algo decisivo para seguir caminando hacia los rumbos que entre ellos se marquen dentro de la armonía y el equilibrio…la democracia… el respeto y la aceptación, ya que a juicio general no se le condena a muerte ni se le deja abandonado a su suerte porque en los tiempos y momentos de sabia decisión…todos convergieron en el camino de la unidad.

Se han dado muchas anécdotas que hacen rebotar pensamientos y aceptar realidades. Confiar no es malo…lo malo es esperar mucho o tal vez todo en esa confianza…me viene a la cabeza aquella hermosa fábula de Esopo “La zorra y el cuervo” y que en concreto establece lo mucho o poco escrito hasta estos momentos: Se trata de un cuervo que roba un buen pedazo de queso a unos pastores y queso en pico vuela hasta detenerse en la rama de un alto árbol…Una zorra hambrienta que vio todo el movimiento y deseando apoderarse del alimento se acercó al árbol y dijo al cuervo: que admirable y elegante se encuentra usted hoy señor cuervo, me imagino por su porte que usted ha de ser el rey de todas las aves, porque si así es su hermoso plumaje me imagino que más hermosa aún sería su voz…El cuervo sacó el pecho y sintiéndose halagado lanzó un horrible graznido pero al hacerlo dejó caer su preciado botín el cual fue atrapado de inmediato por su astuto adulador quien le dijo…”amigo cuervo, si además de vanidad tuvieras razonamiento, verías que todo adulador quiere algo, y por ello yo…ya tengo lo que quería de usted”…

Vaya que la vida a diario nos enfrenta a situaciones que son precisamente las que nos dan las mejores lecciones que generan aprendizajes tan significativos que las más de las veces nos hacen cambiar conceptos…nos llevan del agrado a la decepción…nos hacen sentir que la nobleza es el peor defecto en un mundo que dejó de ser de oportunidades libres y concretas para ser un pantano de oportunistas sin sentimientos ni sentido de propiedad y con ello mucho menos compromiso de creación…qué triste afirmar que… LA MENTIRA…ES UN POZO SIN SALIDA…O UN MAL NECESARIO…