San
Miguel Kucab es uno de los barrios que forman la ciudad
de Calkiní, quizás uno de los de más
tradición, se encuentra ubicado entre la calle
18 y la ventitrés que es una de las salidas que
conducen a la carretera federal, mejor conocida entre
los vecinos como el desvío.
El
nombre de este barrio se deriva del arcángel
Miguel, uno de los guardianes de Dios, que con su espada
flamígera arrojó al infierno a Satanás,
según la interpretación de las sagradas
escrituras por parte de los teólogos, pero, por
qué se tomó de este personaje bíblico.
Cuentan los vecinos ancestrales de esta populosa colonia
que hace ya algunas décadas, en lo que es ahora
el parque recreativo, existió un pequeño
nicho u oratorio en el que se encontraba una estatuilla
de madera labrada y policromada de una sola pieza de
al menos cincuenta centímetros de altura, que
representaba al santo en una posición de victoria
sobre el diablo, algunas personas que tuvieron la oportunidad
de tenerlo en sus manos y que conocen sobre el arte
sacro consideraban que dicha estatuilla pertenecía
al siglo XVIII, lamentablemente a pesar de las indagaciones
realizadas entre los vecinos no se sabe quien o quienes
lo dejaron ahí, la gente se encomendaba a él
al pasar por ahí, por lo que su popularidad para
proteger a los habitantes de todo mal crecía
día con día.
También
se tiene conocimiento de lo que ahora es el parque infantil,
cerca del pozo, existió una cooperativa en la
cual se ofrecían pruductos básicos para
la alimentación y que los fines de semana ofrecía
carne fresca de res, cuentan que esta cooperativa desapareció
por los malos manejos que hicieron de ella los dirigentes
y que la mandaron quemar para así no entregar
cuentas a los socios, aquí surge una anécdota
muy curiosa ya que en esa cooperativa se sorprendió
a un niño que entraba a robar los productos,
fue remitido a las autoridades y posteriormente lo dejaron
en libertad, porque lo adoptaron personas de respeto
de la comunidad calkiniense y lo hicieron un hombre
de bien a pesar de que cambió de residencia él
dice que hasta la fecha él es de San Miguel Kucab
ya que ahí enterró su tuch (ombligo) también
es curioso reconocer en este barrio a personajes de
la fauna silvestre y doméstica y uno que otro
gentilicio ya que se tiene por costumbre poner apodos
a sus habitantes, como es el caso de: chujún,
el misho, zotz, chulo, cubano y otros más.
Cuentan
nuestros informantes que en este barrio frente a la
capilla del santo sólo existía un camino
de trilla, pero que al acercarse la fecha del festejo
del santo patrono, se limpiaba toda la explanada y emparejaban
el suelo rellenándolo de sascab (especie de tierra
blanca), para compactarlo le solicitaban a Don Eudaldo
Pereyra una enorme rueda metálica, la cual giraban
entre varias personas y así dejar listo el escenario
en el que se llevarían a cabo las festividades
tanto religiosas como culturales, también se
realizaban corridas de toros entre los terrenos de Don
Aquilino Zapata, José Herrera y Armando Ordóñez,
entre los socios se dedicaban a bajar las albarradas
(bardas hechas de piedras) y luego armar los palcos,
los toros se traían del interior del país,
así como también se contrataban a los
toreros de fama de la época. |