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Alonso
Quijano,
rico no es, no es pobre.
¡A inmortalizarse se propone!
A metamorfosis de Feliciano de Silva.
¡Don Quijote de la Mancha!
A bendición de Amadís de Gaula,
quien por la inspiración femenina, ¡Dará
marcha!
Con Rocinante, un fiel caballo,
una dama en el corazón,
cual caballero en madrugada,
parte lanza en mano, amor, ¿Razón?
Y en esos momentos,
donde dudamos qué somos y lo real.
¿Caballero soy?.. ó solo ¿Soy normal?
La decisión final, quizá es locura, quizá
es verdad.
¡Qué importa si la ceremonia es simple!
¡Armas!, Iglesia, vigilia y nombramiento,
lo importante es ese toque en el hombro,
que nos renace, ¡Cual invencible caballero!
El caballero elogia al Soldado,
Ejército y leyes, nos son fortaleza.
A quien muere y da todo en la batalla, ¡Gloria y grandeza!
Caballero andante ¿Cuerdo, o loco?
Es una gran persona, con un gran nombre
Sintetiza el Quijote ante el Canónigo:
el fin de la literatura y el principio del hombre.
En el final de una pequeña batalla,
creyendo al Quijote muerto
Sancho llora inconsolable, y el Quijote renace,
¡Triunfante!, ¡Inmortal!, ¡Eterno!
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