Desperté sobresaltada
por un sueño,
bueno no sueño, más bien pesadilla, no lo sé.
El vino a despedirse, me dijo: Cuida de las niñas; por
mí no te preocupes más, algún día
nos volveremos a encontrar. Noté su semblante cambiado;
no tenía ese rictus mezcla de amargura y dolor, ese
rictus que en muchas ocasiones se interponía entre los
dos.
Su
rostro ya no cargaba con las cicatrices, recuerdo de malos
días; ninguna mancha lo ensuciaba, estaba como cuando
lo conocí hace 30 años. Vestía ropa limpia
y sin remendar y una luz lo envolvía, luz que no lastimaba.
Le pregunté ¿a dónde vas?, no contestó,
una vez más no contestaba a mis preguntas, sólo
que esta vez la respuesta fue no una andanada de insultos, sino
una sonrisa y dijo: Siempre te he amado, que extraño fue
escuchar eso de sus labios, hace tanto tiempo que no lo decía,
algo le pasaba, no era él, al menos no como lo recordaba
los último años. En eso desperté, estaba
sola en el cuarto, y la oscuridad reinaba aún. Me quedé un
rato acostada pensando en él, en nuestra vida juntos y
en todas las veces que prometió cambiar sin lograrlo.
Cada vez que fracasaba, el amor que sentía por él
se iba escondiendo muy dentro de mí, pero no despareció,
yo sabía dónde estaba, sólo que no podía
hacerlo salir.
En
ese momento, tomé la decisión:
iría a hablar con él y si estaba dispuesto, ahí me
tenía para apoyarlo como cuando comenzamos. Me vestí, y
sin avisar salí de prisa; al llegar, vi en la puesta
a dos conocidos que platicaban alegremente. Vaya, pensé:
no la debe estar pasando tan mal. Les pregunté por él
y me dijeron: Hace rato que está durmiendo. Dudé en
entrar y pensé en lo tonta que había sido al
dejarme influenciar por un sueño; pero recordé su
rostro y entré, lo vi acostado sonriendo. Ahí estaban
las cicatrices, las manchas, la ropa sucia, pero su semblante
era como lo recordaba, y lo llamé una, dos, tres, cuatro
veces y no me contestó. ¿Por qué no me
contesta? Si estoy aquí de regreso, para quedarme. Lo
toqué y
su cuerpo ya no me transmitió calor; se había
ido, no me esperó, pero se había despedido. |