Languidece el color de las paredes
bajo las telarañas
que tejen el vacío de lo incierto
En los insectos
hartazgo que procuran sacudirse
Lastre
cotidiano
La
madera es instancia
para sostener el polvo antiguo
Esparcida memoria en los ladrillos
de los pasos noctívagos del padre
El
tiempo es otro aquí
cuyo argot disímil
apalabra silencios
en el océano de sombras que se mueven
dentro de las habitaciones
Con
su tinte de fastidio
el aire lleva densa carga
de la cocina a la sala
El
sol entra en un letargo corpóreo
se tiende en los corredores
casi
eternamente |