Mis días, temprano oscurecieron,
interminables ,se hicieron mis noches;
Mis diamantes nocturnos se perdieron,
mostró, la luna, sus reproches.
Las flores, su aroma me negaron,
las olas, las playas olvidaron;
Los crepúsculos, al horizonte,
Jamás, jamás regresaron.
Las aves, sus cantos apagaron,
de los vientos, la música cesó.
Donceles musas se callaron,
y la palabra, también, enmudeció.
En el silencio,
mis versos se robaron.
¿Cuál? ¿Cuál fue la razón?
Mi corazón, mustia alcoba
de recuerdos y pasión.
¿Cuál? ¿Cuál fue la razón?
¿Qué ultraja mi juicio?
abandonándome en el desierto…
de la paranoia.