La
fuerza de las palabras está en el sentimiento
que el escritor comunica, por ello, la poesía
es magia, imagen, fantasía, emoción.
A través de los versos, las palabras seducen,
atrapan, secuestran a los lectores, en cada una
de las estrofas; sin lugar a dudas, la poesía,
es una expresión de libertad, permite el
diálogo interior entre el yo, el pensamiento
y la realidad; el poeta mediante rimas y melodías,
representa aventuras, recrea fantasías, dibuja
realidades, inventa quimeras.
El
valor de la escritura cobra existencia en la poesía,
cada palabra, materializa emociones, trasforma sentimientos
y refleja sutilmente la intimidad del ser, inteligente,
sensible, humano; podría decirse, que en
cada poema, el hombre guía al hombre a la
sabiduría, al conocimiento; por eso, es el
vehículo del pensamiento; mientras haya poesía,
no existirá el silencio del alma. Escribir
versos impregnados de emociones, vivencias y sentimientos,
mágicamente evocan la existencia de la palabra,
para convertirla en un ramillete de rimas, versos
con cadencia y estrofas impregnadas de verdad.
Alguna
vez, Carlos Fuentes expresó “dueños
de la noche, porque en ella soñamos, dueños
de la vida…”, y verdad que sí, mientras
hombres y mujeres sigamos soñando, habrá
vida, habrá poesía. Considero que
la palabra es – por excelencia - el instrumento
más generoso de la humanidad, sigue siendo
el instrumento liberador del pensamiento y la represión
ideológica de todas las épocas; por
eso, gracias a la obra de mujeres atrevidas y hombres
valientes, la poesía está viva. La
poesía es la expresión más
tierna que las mujeres y los hombres son capaces
de comunicar; es precisamente, a través de
la poesía que emana la belleza de los sentimientos,
es el lenguaje que surge de las profundidades del
alma, para convertirse en el oasis del yo.
Afortunadamente,
el reconocimiento universal hacia la poesía,
ha permitido a la UNESCO establecer el 21 de marzo,
como “Día Mundial de la Poesía ”;
esta iniciativa, más que una distinción
universal, es un agradecimiento a la sabiduría
y pensamiento del hombre, por transformar las palabras
en imágenes metafóricas, para enaltecer
con sutilezas, la belleza de la palabra escrita.
Bien decía el chileno Nicanor Parra: “el
poeta no es alquimista, es un hombre como todos…”,
por eso, desde la sensibilidad más pura
del alma, las figuras del lenguaje, cobran fuerza;
desde el verso de arte menor, hasta el soneto, la
pureza del amor, existe; desde los versos de Rosario
Castellanos o Gabriela Mistral, la voz de la mujer,
es un grito de esperanza, el eco de una plegaria.
Considero que estas razones son suficientes, para
evocar la obra poética y rendir tributo a
la belleza de la palabra, en una fecha de colorido,
matizada con el inicio de la primavera.
Este
21 de marzo, una vez más, celebremos la sensibilidad
humana expresada a través de la poesía;
hoy, algún poema está en espera de
sus ojos, no importa si es la primera cita con los
versos, después de tener en manos un libro
de poemas, usted sentirá, como el jardín
interior de su cuerpo, se fortalece; adquiera pronto
un poemario o visite la biblioteca más cercana,
si es posible, reúnase en familia o con los
amigos para leer poemas; asista a alguna velada
literaria o en silencio, lea, lea poemas; le aseguro
será una experiencia singular para reconfortar
el espíritu.
El
inicio de la primavera, es el mejor marco natural
para celebrar el día de la poesía,
reconocer que ésta, es la mejor forma de
expresión de sensibilidad; por ello, en esta
colección de ideas, me permito felicitar
a los artesanos de la palabra, tejedores de ilusiones
y aventuras, a los poetas campechanos; por entregar
en cada verso la magia del pensamiento, porque su
canto es voz de alegría, consuelo y vida.
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