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Presentación |
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"Que la Gracia en Cristo Jesús permanezca con todos vosotros": Hermanos, hace dos días celebramos algo que nos une a los demás. Quién de nosotros no quiso verse involucrado y hasta haber recibido un presente; me refiero al día 14 de febrero que nuestro calendario civil lo señala como el Día de la Amistad. Lo principal para lograr una verdadera amistad es el amor mutuo, de lo contrario no se puede llamar amistad. También es bueno tener los mismos ideales, aunque no es indispensable. Hay varios tipos de amistad: Por conveniencia, por tener amigos, por flechazo y las mejores son a través de un proceso. No hay que confundir a un amigo con un compañero y mucho menos una amistad con un noviazgo, aunque debe ser lo principal en toda pareja; pero no siempre se da. La amistad no es solamente recibir, sino darse sin esperar nada a cambio. Conseguir un amigo no es nada fácil, conservarlo es más difícil aún. Muchas amistades se destruyen por celos, infidelidad, decepción, traición y olvido. La adolescencia es una etapa de búsqueda y por la inseguridad no te sientes bien del todo con alguien y la cambias, o sea, no la valoras lo suficiente. La amistad, más que nada, es un compromiso, ya que puedes considerar a muchos tus amigos, pero el problema es, cuántos te consideran a ti un amigo? Si nos preguntamos ¿qué es un amigo? Es aquel que te acepta tal y como eres y te ayuda a ser mejor; no es alguien que quiere que seas como él, sino que seas tú y que compartas lo tuyo con él. No es amigo el que no busca que seas mejor, ni el que te aleja de Dios. A mayor número de amigos, mayor es nuestra riqueza espiritual. Amigo es la persona en que estás seguro que puedes contar con él en cualquier momento.
P. Chepe (A.M.D.G.) “El único modo de tener un amigo es serlo”
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La Amistad |
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Por J.A.V.
Por ahí dicen que la amistad no se puede definir. Sin embargo, hay hechos que nos permiten asomarnos a la entraña de esta forma de amor, que tiene sus características peculiares. Aristóteles, gran estudioso de la amistad, dice: Sin amigos, la vida no vale la pena, aunque se posea mucho dinero, poder, fama, etc. La amistad es algo bello y digno de estima. La amistad perfecta no busca solamente lo útil y lo placentero, sino que es capaz de querer y procurar el bien del amigo por el amigo mismo. Los elementos básicos de la amistad, según Aristóteles, son: La benevolencia, la igualdad y la comunidad. Benevolencia: Búsqueda efectiva de aquello que realmente es bueno para el amigo. Igualdad: el hombre no puede ser amigo de las plantas, porque es diferente el ser de ambos. Entre dos amigos se espera que haya alguna semejanza en las actividades y en los gustos. Cuando la amistad se funda en lo útil o en el placer, se busca lo que el amigo tiene o lo que el amigo hace. En cambio, la amistad perfecta tiene sus raíces en lo que el amigo es. Por otra parte, Cicerón, autor latino, sostiene que “sin amistad no hay vida digna del hombre; quienes suprimen la amistad de la vida, parecen suprimir el Sol del universo”. Preceptos para la amistad: En primer lugar, no hay que pedir algo malo o deshonesto al amigo, ni buscar sólo ventajas en la amistad. Tampoco se debe renunciar a la amistad a causa de las contrariedades. Conviene elegir bien a los amigos. También hay que probar si lo son de verdad, según aquello de “en los malos trances se ve si es seguro el amigo”. La fidelidad es una obligación fundamental para los amigos. También hace falta observar el precepto de la igualdad, hasta ponerse a la altura del que está más abajo. No se puede pedir al amigo lo que uno no le da. “La complacencia procura amigos, mientras que la verdad produce odio”; es necesario romper con el amigo que no acepte la verdad. Es urgente evitar la adulación y la simulación. Tampoco se debe aceptar como amigo al que tiene como norma de comportamiento el “si dice no, digo no; si dice si, digo si”. Jesús aparece como el modelo de amigo. Él cultivo la amistad con sus apóstoles, lo mismo que con algunos de sus discípulos, sin excluir a mujeres como María y Martha. Cristo
es el amigo que nos enseña a amar a los amigos: “No hay amor
más grande que dar la vida por los amigos”.
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Avisos
Parroquiales
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