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Presentación |
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"Que
la Gracia en Cristo Jesús permanezca con todos vosotros": Hermanos en Cristo Jesús, estamos a unos pocos días para que finalice la fiesta religiosa en honor al “Cristo de la Misericordia”. Es por eso que nuestra reflexión debe tomar muy en cuenta este concepto, sobre todo para aquellos que lo desconocen, en esta ocasión voy a tomar al pie de la letra lo que nos escribe el Evangelio de San Lucas 6,36: “Sean misericordiosos, como su padre es misericordioso”. En la parábola del hijo pródigo (Lc. 15, 11-32), Jesús nos presenta a Dios como padre amoroso y misericordioso. Esta analogía permite comprender plenamente el misterio mismo de la misericordia en cuanto drama profundo, que se desarrolla entre el amor del padre y la prodigalidad y el pecado del hijo. “La misericordia se manifiesta en su aspecto verdadero y propio cuando revalida, promueve y extrae el bien de todas las formas del mal existente en el mundo y en el hombre”. En efecto, “creer en el hijo crucificado significa ver al padre, significa creer que el amor es más fuerte que toda clase de mal, en que el hombre, la humanidad, el mundo, están metidos. El testimonio del amor y la misericordia del padre, impulsa a la Iglesia a estar presente en todo dolor, sufrimiento, soledad, pobreza, injusticia, ultraje, violencia, etc., no sólo para aliviar el mal padecido, sino también para anunciar la dignidad de toda persona y favorecer su realización en el amor. Y esto no como amor y misericordia unilateral de quien hace el bien a los demás, sino como participación del mismo amor y misericordia por parte de quien lo ha experimentado primero. En esta reciprocidad está la autenticidad de la misericordia y se participa en la magnífica fuente del amor misericordioso. Dichosos los misericordiosos, porque obtendrán misericordia (Mt. 5,7). P. Chepe (A.M.D.G.) |
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Domingo Mundial de las Misiones |
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Misericordia (del latín misericordia), virtud que inclina el ánimo a compadecerse del dolor o del infortunio ajenos. Teología: Atributo de Dios, por virtud del cual perdona a sus criaturas. La misericordia es una parte de la caridad y compañera de la beneficencia; su motivo es el mal padecido por el prójimo. Santo Tomás dice que es la mayor de las virtudes porque imita las efusiones de la bondad divina. Yo digo –Dios dice. Para cada cosa negativa que nos decimos a nosotros mismos, Dios tiene una respuesta positiva. Yo digo: “Es imposible”. Dios dice: “Todo es posible” (Lucas 18:27). Yo digo: “Estoy muy cansado”. Dios dice: “Yo te haré descansar” (Mt. 11, 28-30). Yo digo: “Nadie me ama en verdad”. Dios dice: “Yo te amo” (Juan 3, 16 y Jn. 13-34). Yo digo: “No puedo seguir”. Dios dice: “Mi gracia es suficiente (II Corintios 12,9 y Salmos 91,15). Yo digo: “No puedo resolver las cosas”. Dios dice: Yo dirijo tus pasos” (Prov. 3,5-6). Yo digo: “Yo no lo puedo hacer”. Dios dice: “Todo lo puedes hacer” (Filipenses 4,13). Yo digo: “Yo no soy capaz”. Dios dice: “Yo soy capaz” (II Cor. 9,8). Yo digo: “No vale la pena”. Dios dice: “Sí valdrá la pena” (Rom. 8:28). Yo digo: “No me puedo perdonar”. Dios dice: “Yo te perdono” (I Jn. 1,9 y Rom. 8,1). Yo digo: “No lo puedo administrar”. Dios dice: “Yo supliré todo lo que necesitas (Filipenses 4,19). Yo digo: “Tengo miedo”. Dios dice: “No te he dado un espíritu de temor” (I Tim 1,7). Yo digo: “Siempre estoy preocupado y frustrado”. Dios dice “Echa tus cargas sobre mí” (I Pedro 5,7). Yo digo: “No tengo suficiente fe”. Dios dice: “Yo le he dado a todos una medida de fe” (Rom 12,3). Yo digo: “No soy suficientemente inteligente”. Dios dice: “Yo te doy sabiduría” (I Cor. 1,30). Yo digo: “Me siento muy solo”. Dios dice: “Nunca te dejaré, ni te desampararé” (He-breos 13,5). Así es la misericordia de Dios ¿Qué más esperamos de Dios? ¿Por qué tardamos o dudamos de seguirle? Su misericordia es infinita, nosotros nos guardamos y él nos busca; caemos y nos ayuda a levantarnos. Así es la misericordia de Dios.
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Avisos
Parroquiales
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