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Presentación |
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"Que
la Gracia en Cristo Jesús permanezca con todos vosotros": Hermanos, la Sagrada Escritura nos afirma que el Señor Jesús envió a sus apóstoles a todas las personas y pueblos, y a todos los lugares de la tierra. Por medio de los apóstoles, la Iglesia recibió una misión universal, que no conoce confines y concierne a la salvación en toda integrad, de conformidad con la plenitud de vida que Cristo vino a traer (Jn. 10, 10); ha sido enviada “para manifestar y comunicar la caridad de Dios a todos los hombres y pueblos”. Esta misión es única, al tener el mismo origen y finalidad, pero en el interior de la Iglesia hay tareas y actividades diversas. Ante todo, se da la actividad misionera que vamos a llamar misión “ad gentes”; se trata de una actividad primaria de la Iglesia esencial y nunca concluida. En efecto, la Iglesia no puede sustraerse a la perenne misión de llevar el Evangelio a cuantos, y son millones de hombres y mujeres, no conocen todavía a Cristo redentor del hombre. Esta es la responsabilidad más específicamente misionera que Jesús ha confiado y diariamente vuelve a confiar a su Iglesia. La actividad misionera ha dado ya abundantes frutos en todas las partes del mundo, debido a lo cual hay ya Iglesias esta-blecidas, a veces tan sólidas y maduras, que proveen adecuadamente a las necesidades de las propias comunidades y envían también personal para la evangelización a otras Iglesias y territorios. Por otra parte, la actividad misionera específica o misión ad gentes, tiene como destinatarios “a los pueblos o grupos humanos que todavía no creen en Cristo, entre los cuales la Iglesia “no ha arraigado todavía”, y cuya cultura no ha sido influenciada aún por el Evangelio. ¡Roguemos por los que no conocen a Cristo!
P. Chepe (A.M.D.G.) |
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Domingo Mundial de las Misiones |
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La celebración recalca la actualidad y la urgencia del compromiso misionero. Al expresar mi profunda gratitud a cuantos, en distintas partes del mundo, se dedican a la causa de la evangelización, deseo subrayar, en consonancia con el tema del Sínodo de los Obispos, la importancia vital del servicio que desarrollan los laicos “en las misiones y para las misiones”. (Meditaciones de S.S. Juan Pablo II Domund). ¿Por qué vas a otros lugares (Chiapas, sierra lacandona, Morelia, Mich., ahora está en los poblados de Yucatán) y no te quedas aquí en Campeche, donde también existe pobreza? le pregunté a mi amiga, cuando vino a visitarme en agosto. Hace 18 años que anda fuera, de misionera, y viene ocho ó diez días al año a ver a su familia. Hubo una ocasión en que tardó tres años en venir. Bien, pues ella me respondió con la sencillez que la caracteriza: “Porque Cristo Jesús me ha elegido para ser su misionera en tierras lejanas, donde él no es aún conocido o donde la fe es aún muy débil; he pasado por crisis emocionales, de salud física y espiritual, por qué te lo voy a negar, pero... ¿sabes? No me arrepiento de haber dicho SI a Jesucristo, quien me ha llamado a ser misionera de su Reino. ¡Soy feliz, muy feliz! Mi felicidad viene del amor que Dios me tiene y del amor que yo tengo por él y por el mundo entero. Soy feliz de poseer un corazón abierto al universo, un corazón que jamás se cansa de ampliar sus horizontes hacia los demás y hacia el infinito. Ojalá que muchos jóvenes se sientan llamados a abrazar ideales que valgan la pena: ideales de servicio a los demás, sobre todo a quienes más lo necesitan. Dios NOS DA LA FUERZA Y LOS MEDIOS PARA VIVIR LA VOCACIÓN. También ustedes como Padres de Familia se pueden unir y tienen la obligación de hacerlo a este servicio que la Iglesia ejerce MISIONAR, ya sé, me vas a decir que no puedes o no tienes tiempo de salir a evangelizar, -NO-, no tienes necesidad de salir de tu casa para misionar. Ahí tienes a tus hijos, a los que Dios te ha encomendado, no le dejes todo el trabajo a las catequistas; por favor, tú y tu esposo que están metidos en un grupo apostólico –dizque para crecer y servir a los demás–. ¿Dónde quedan tus hijos?; ¿qué prioridad les das para evangelizarlos?; ¿Ves? No puedes salir o no necesitas salir de Calkiní para ser misionero. Ustedes escogieron la vocación familiar, matrimonial, como le quieras llamar y es ahí donde puedes misionar. Es urgente: porque la mayoría de nuestros niños y jóvenes prácticamente no saben casi nada de Él. ¿Cómo van a amarlo? Y si no saben lo que Jesucristo piensa del amor, del matrimonio, del dinero, del dolor... ¿Cómo van a juzgar de todo esto con criterio cristiano. Si ustedes, sus padres, no les enseñan el Evangelio, ¿quién va a enseñarles?, ¿la escuela?, ¿los medios de comunicación?, ¿un medio ambiente social en el que Jesucristo es el gran desconocido? Juan Pablo II decía: “El don más precioso que la Iglesia –y nosotros somos parte de la Iglesia– puede ofrecer al mundo de hoy, es desorientado e inquieto, es el de formar cristianos firmes en lo esencial y humildemente felices en su fe”. Mi pregunta fue ampliamente contestada y me quedó esta visita como una gran lección, que estoy poniendo todo de mi parte para poder servirle a Dios en esta misión, que puso en mis manos –mis hijos, mi familia, ¡ah! sin olvidarme en mis oraciones por todos aquellos hermanos que están de misiones en lugares tan lejanos y que hoy piden nuestra ayuda económica. Seamos generosos con la aportación MISIONERA.
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Avisos
Parroquiales
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