Inicio de la página
   
Eduardo Baeza García

CALKINÍ

Primer Lugar en Prosa de los Primeros Juegos Florales Nacionales de Calkiní

Lema: "IN TUCUL U TIAL IN LUUM"

Dedico este trabajo a la Escuela Tecnológica Agropecuaria No. 86

Con mi afecto

 

Calkiní era el emporio de una extensa heredad peninsular donde habitaron y dominaron los mayas acanulenses. La etimología de su nombre -Kin significa Sol- concuerda con la luminosidad natural de este paraje enclavado en un semivalle abierto hacia el mar. Es consabido que los valles como los de El Cairo y de Anáhuac son particularmente esplendorosos.

La Península de Yucatán a la que pertenece geográficamente este lugar, fue en los albores de la actual Era Cenozoica una isla emergida que se unió después al continente. Se trata de un proceso geológico que se repite con Isla Arenas de esta municipalidad, la cual se está incorporando a la tierra firme. Con respecto a los moradores aborígenes, sus raíces se hunden en las conjeturas de la prehistoria y se confunden por la herencia común y el medio, con los primitivos pobladores de Mesoamérica que se extendieron en los confines de ese territorio de América Central, lo que corroboran reliquias esporádicas y estelas halladas en el subsuelo de la región. Tal vez los fósiles que guarda esta plataforma continental, que sobresale más de 1 km. a 200 m. de profundidad del litoral, revelarán el auténtico nacimiento del hombre maya, dentro de los principios de la evolución, y sea como el maíz, base de su cultura, originario también de América, sin desconocer las emigraciones transcontinentales e intercontinentales.

La Historia nos habla de la hegemonía de Mayapán durante cuatro siglos, desde el año de 1,030 de la Era Cristiana al de 1,441, término en el que la Península de Yucatán se dividió en diecisiete cacicazgos, dato que el Códice de Calkiní, el documento más remoto que poseemos, recoge en sus páginas. Al desmembrarse Mayapán emigran a Calkiní, nueve hermanos de apellido Canul, el mayor Ah Tzab Canul, surgiendo en nuestro horizonte histórico el Cacicazgo de Ah Canul que se extiende de T'ho (Mérida) a Ah-Kin-Pech (Campeche) de Norte a Sur, y de las Sierras Alta y Baja del Este, al litoral correspondiente del Golfo de México por el Oeste. Era este cacicazgo una provincia independiente. Le pertenecían Tepakán, Bécal, Halachó, Maxcanú y Chocholá por el norte; Dzitbalché, Bacabchén, Pocboc, Hecelchakán, Pomuch y Tenabo al sur; Nunkiní, Sahcabchén y Pucnachén al occidente. Todas estas poblaciones subsisten hasta ahora; otras como Pakanté, situada a 3 Km. al oriente, son ruinas donde se ven lienzos y montículos de piedras labradas; algunas como Mopilá, no han podido ser localizadas. Ralph L. Roys quien nos visitó en 1943 la buscaba con tenacidad por el municipio de Halachó.

Esta provincia indígena, era gobernada por Batabes -adalides civiles y militares- que reconocían por Jefe del gobierno al primogénito Ah Tzab Canul quien residía en Calkiní, capital del cacicazgo. El cementerio de la nobleza maya era la isla de Jaina, traducción de Hail-ná, casa en el agua, frente a Hecelchakán.

En 1541, justamente a los cien años de establecido el cacicazgo y transcurridos 49 años del Descubrimiento de América, llegaron a Calkiní los conquistadores iberos capitaneados por Francisco de Montejo, después de fundar San Francisco de Campeche en febrero del propio año y antes de la fundación de Mérida el 6 de enero de 1542; hicieron su entrada por el Camino Real llamado así por ser de primer orden y es el que comunica Campeche con Mérida. El jerarca Ah Tzab Canul había muerto y fue Na Pot Canché de su misma estirpe, quien congregó en sus cortiles -sitios de reunión- a todos los Batabes y capituló al frente de su residencia en Xtucaan, lugar señalado por un arco castellano. Allí se sometieron los acanulenses y entregaron sus tributos: cien pavos, costalejos de maíz, cántaros de miel y canastas de algodón, sobre el pozo Halim, en cuyo fondo corre hacia el mar un cenote o río subterráneo, bajo una frondosa ceiba, árbol tropical de la familia de las bombacáceas, que conocí en mi niñez, lugar público donde celebraban sus convenios, sus pactos, sus acuerdos. El pozo y el arco conupial se conservan indemnes; en cuanto a la ceiba está a punto de desaparecer reducida a un tronco seco. Este sitio histórico está a menos de medio kilómetro al poniente del centro actual de la ciudad.

Se inicia entonces la época de la dominación española que duró trescientos años. Calkiní, en esta etapa colonial conserva la preeminencia histórica que tuvo en los anales mayas. Fue un gran centro religioso como lo comprueban el templo grandioso cuya construcción remonta a más de cuatro siglos y el convento en ruinas que albergaba a 35 frailes franciscanos que enseñaban la Doctrina Cristiana, propagaban la fe, evangelizando a los habitantes de lejanas tierras peninsulares que acudían a ser registrados en los archivos de la Iglesia, que en parte se conservan, guiados por la torre que todavía se enseñorea por toda esta vasta comarca. En los interiores del templo deben considerarse el retablo, obra artística de madera del siglo XVI que constituye la decoración del altar mayor y notables imágenes de bulto, entre otras, la de San Luis Obispo, patrono de Calkiní; el Cristo de la Misericordia, que con el de San Román de la ciudad de Campeche y el de la Salud de Hecelchakán, forman la trilogía de la crucifixión más admirable en la tradición y fervor del pueblo campechano; la Virgen de los Dolores y la escultura sui generis de la guadalupana. debo agregar el púlpito hermosamente tallado en piedra y madera donde han subido varios oradores sagrados, sacerdotes y religiosos de la Compañía de Jesús y el baptisterio con la notable pila bautismal. De parte del convento almenado y con airosa espadaña se conserva una empinada escalera de caracol, que conduce al domo o cúpula conocida popularmente por la media naranja, desde donde se domina una vista panorámica amplia y cautivante.

En aquel lapso secular, las sangres de los conquistadores y conquistados se mezclaron, han quedado injertadas para siempre las dos razas, blanca y cobriza, con la circunstancia biológica de que el gene español es el unificador en el mosaico de las subrazas amerindias para integrar la patria grande hispanoamericana; así se gesta nuestra existencia mestiza con un porcentaje variable de sangre española, cuyo cruzamiento continúa, y al proclamarse la Libertad en 1810 y la Independencia en 1821, nace la nacionalidad mexicana. Nosotros pensamos en la lengua de nuestros progenitores los cruzados españoles y sentimos con el corazón de nuestra madre indígena, cuya lengua muerta, revive amorosa, gramatical y onomatopéyica en nuestro trato social. La tierra natal la heredamos de los mayas, la civilización, la cultura clásica, la recibimos de España. Debemos la vida y lo que somos a los dos ascendientes que merecen por igual la nobleza de nuestro corazón y la generosidad de nuestra alma.

El 14 de febrero de 1824 el H. Congreso del Estado de Yucatán que comprendía la península entera, eleva a la categoría de Villa el pueblo de Calkiní.

En 1847 con motivo de la Guerra de Castas, que duró un lustro, insurrección provocada por injusticia social y económica de un régimen de tipo colonial que persistió después de consumada la Independencia, muchas familias del sur del actual Estado de Yucatán trasladaron definitivamente sus domicilios a la Villa de Calkiní alejándose de la conflagración.

En 1857, hace 120 años, se erige el Estado de Campeche como entidad de la Federación Mexicana. Al hacerse la división política del antiguo Estado de Yucatán, la parte norte del pretérito cacicazgo de Ah Canul más allá de Bécal quedó incorporada al actual Estado de Yucatán. Esta es la razón explícita de que no existían fronteras de certidumbre moral entre la prehispánica metrópoli maya y todos los pueblos del Camino Real que no son ajenos a nuestro ser y que por tradición, reconocen su linaje y que también Calkiní, la ciudad señorial de los Canules, equidistante de Campeche y Mérida, tendrá en el futuro una función muy grande que desempeñar en la evolución de esta región de nuestra patria. Conviene aclarar que si nuestra vida política es sólo centenaria, nuestra vida desde el nacimiento es milenaria y nos pertenece, pues cada sector de la península yucateca tiene un fondo histórico común puesto que existía antes de constituirnos en Estado, y somos tan antiguos como el Estado actual de Yucatán y el novel estado de Quintana Roo. Así D. Serapio Baqueiro que fue eminente historiador yucateco es y será siempre de Dzitbalché municipio de Calkiní, que lo vio nacer.

El 9 de Diciembre de 1865 visitó la villa de Calkiní la emperatriz Carlota Amalia. Se alojó en las casas que están al oriente del parque principal que pertenecían al Padre D. Joaquín Pérez. Todavía pueden verse puertas condenadas que indican que existió comunicación entre ellas, en la de la esquina, lado sur, pernoctó; en la sala de la parte central se celebró la misa y la de la esquina lado norte, fue ocupada por su comitiva. Estos datos fidedignos me los comunicó verbalmente un tío carnal mío que en su infancia fue testigo de este acontecimiento.

Conmilitón en las filas republicanas, Calkiní como Querétaro es tumba del segundo Imperio y consolida el liberalismo campechano, ajusticia en el muro que estuvo al sur de la plaza principal, donde estaban marcadas tres cruces, a los corifeos imperialistas Gral. Juan Espejo, Lic. Nicolás Dorantes Avila y José Dolores Ponce, enemigos de la República de Juárez y de la Patria de Hidalgo, el 13 de Junio de 1867, seis días antes del fusilamiento del Emperador Maximiliano de Habsburgo y de los Grales. Miguel Miramón y Tomás Mejía en el Cerro de las Campanas, Qro., acto que no nos avergonzamos como pretendía el Dr. Joaquín Blengio en su soneto a Calkiní, en el que nos da un pésame, en vez del pláceme, olvidando la máxima latina Dura Lex, sed lex que nos recuerda que es preciso someterse a la ley aunque sea penosa. A continuación transcribo dicho soneto.

A CALKINÍ

Tres vidas en ti sacrificadas
fueron por dos verdugos fementidos;
sin haber vencedores ni vencidos,
fueron como trofeos inmolados.

Justas leyes no fueron aplicadas;
enconos nada más fueron cumplidos;
los Mártires por eso son sentidos
y las bárbaras fieras execradas.

Ya que te hizo la maldad perjura
altar de sacrificio tan cruento,
pregona el crimen a la edad futura.

Y sé, sombra a la vez monumento,
de los muertos, calvario y sepultura
de García y de Aznar remordimiento.

En las postrimerías del siglo XIX y primera década del presente siglo, residieron en Calkiní bastantes familias cultas que le dieron lustre; las haciendas de los contornos estaban florecientes. El palo de tinte, leguminosa cesalpínea que se da en profusión en la zona aledaña de la costa municipal, era exportado en gran escala por el Golfo de México adonde se conducía por unas zanjas que existen aún al poniente de la Hacienda Sta. Cruz y de Tankuché, Calk. De esta planta tintórea se extrae el colorante natural conocido en el mundo por hematoxilina campechana, muy apreciada antes del advenimiento de la anilina, alcaloide artificial que la reemplazó; ahora hay tendencia de volver a utilizarla en la industria europea. El henequén y el maíz eran objeto de cultivo desarrollado y la ganadería, fomentada con predilección, constituía una riqueza. Aquellos tiempos que situamos en un remanso histórico de paz arcádica que guardó la pauta del imperialismo no totalmente desvanecido y la estructura semicolonial del gobierno porfirista en la que no resonó la abolición de la esclavitud proclamada por Hidalgo, produjo auge intenso pero no extenso en la vida social. Las festividades tradicionales religiosas y profanas, adquirieron una progresión inusitada. Era costumbre ya extinguida rezar en familia la oración de la tarde, el Ángelus, al tañer de las campanas de la torre de la parroquia y acto continuo dar las buenas noches a las personas mayores, besándoles la mano en señal de respeto. Los carnavales a su vez, con sus estudiantinas, bailes de máscaras y disfraces y de etiqueta alcanzaron gran brillantez y se rememoran con fruición.

Este estado de cosas, no podía ni debía perdurar, porque transcurría al margen de la justicia social.

En 1910 y años subsiguientes, Calkiní fue teatro de grandes luchas políticas que han defendido y servido leal y apasionadamente los postulados de la Revolución Social Mexicana.

El 30 de noviembre de 1918, hace cincuenta y nueve años y después de noventa y cuatro años de ser villa, el presidente municipal de entonces, C. Carlos A. Berzunza Ramón -auténtico veterano de la Revolución maderista- propuso y obtuvo la elevación de la antigua villa de Calkiní a la categoría de ciudad. La promulgación del decreto correspondiente, fue expedida en los siguientes términos: "General Joaquín Mucel, Gobernador Constitucional del Estado Libre y Soberano de Campeche, a sus habitantes sabed: Que el H. Congreso del Estado se ha servido dirigirme el Decreto que sigue: El XXVI Congreso del Estado de Campeche decreta: Número 110, Artículo primero.- Se eleva a la categoría de ciudad la villa de Calkiní.- Artículo segundo.- El H. Ayuntamiento fijará un ejemplar de este Decreto en el Salón de sesiones. Dado en el Palacio del Poder Legislativo, en Campeche, a los treinta días del mes de Noviembre de mil novecientos diez y ocho. Alfonso Quintana, D.P.-Rafael Velasco, D.S.-P.E. Sotelo, D.S.-Firmas.-Publíquese para su cumplimiento. Palacio de Gobierno del Estado, en Campeche, a los treinta días del mes de Noviembre de mil novecientos diez y ocho.-J.Mucel.-Manuel Ferrer, Srio. Gral.-Firmas".

De los ocho municipios en que se divide políticamente el Estado de Campeche, el de Calkiní está situado al norte de la Entidad. Colinda al norte con el municipio de Halachó del Estado de Yucatán; al oriente con Uxmal y sus ruinas también del Estado de Yucatán; al sureste con el municipio de Hopelchén, Cam., al sur con Pocboc del municipio de Hecelchakán, Cam., y al occidente con el Golfo de México. El municipio de Calkiní tiene aproximadamente 30,000 almas. Su cabecera es Calkiní, la tercera ciudad del Estado de Campeche. Son poblaciones importantes del municipio de Calkiní: Bécal, Dzitbalché, Nunkiní, Tepakán, Bacabchén, Sta. Cruz Pueblo, Sahcabchén, Pucnachén; también le pertenece Isla Arenas en el litoral, cuyos habitantes se dedican a la pesca. Citaremos algunas de las numerosas exhaciendas y fincas del Municipio, a saber: Sta. Cruz hacienda la más importante, Tankuché, S. Nicolás, Sta. María, S. Antonio, S. José, Xnohlán, etc. Al oriente hay ejidos cercanos a la Sierra Alta, con bastante proporción de humus. Calkiní está unida por medio de carreteras a las villas y pueblos dentro de su jurisdicción municipal y a través de los municipios del Camino Real con las ciudades de Campeche y Mérida. Está unida asimismo por el Ferrocarril del Sureste y la línea de autobuses A.D.O. a la red de comunicaciones de la república.

El centro urbano está rodeado de los siguientes suburbios: Kilakán, el más denso, al SO; la Concepción al NE; S. Luis al NO; S. Miguel al SE y vecino a él el pequeño barrio de S. Luisito; la colonia "Benito Juárez" situada al norte de la ciudad lleva ese nombre por una sugerencia de la Secretaría de Gobernación al Ayuntamiento de Calkiní, en el año de 1956 para conmemorar el sesquicentenario del nacimiento del Benemérito de las Américas, título este último otorgado por el Congreso de Colombia. Para terminar esta enumeración señalamos el barrio de Guadalupe que se está formando al oriente de la ciudad, a un lado del tramo del desvío de la carretera nacional.

La población del municipio de Calkiní es laboriosa: Bécal es célebre por la industria del sombrero fino de jipi, cuya fama ha trascendido las fronteras del país; Tepakán por su alfarería. En la cabecera elaboración y comercio en gran escala de sombreros de palma de guano; cultivos de maíz, frijol, calabaza, yuca, camote, cacahuate, chile, sandía, cítricos y otras plantas frutales y hortenses. En los campos se cobran piezas de caza tales como venados, conejos, codornices y pavos del monte. Se trabajan sillones de mimbre, hamacas, esteras, escobas, canastas y otras artesanías. Hay cordelerías, fábricas de hielo, molinos de granos, como lugares de trabajo. Maestro u oficial de albañilería y ferroviario son ocupaciones muy comunes en el medio y salen a su desempeño.

Los calkinenses tienden a superar su cultura tradicional. A fines del siglo pasado y principios del actual, en el hermoso convento franciscano no derruido funcionaba una escuela dirigida por el señor Cura Lic. D. Francisco García Fernández en la que recibieron educación varios jóvenes que luego figuraron en la Iglesia y Magisterio peninsulares. Ellos son: el Padre Higinio Maldonado que por varios años tuvo a su cargo el Santuario de Itzimná de Mérida, Yuc.; el Padre Mauricio Petul, Misionero Paúl de la Iglesia de Lourdes de Mérida, Yuc.; el maestro de varias generaciones de educandos D. Gabino de J. Vázquez, autor de Buscapié Cervantino, oriundo de Calotmul, pasó su tercera infancia, adolescencia y temprana juventud en Calkiní, dato que indebidamente se calla en su biografía, quien más adelante fundó el Colegio Elemental y de Preparatoria en la capital de Yucatán; el Padre Lorenzo García Ortega antiguo párroco de Hecelchakán; Monseñor Gonzalo Balmes Noceda, fue párroco de Calkiní, hasta su muerte, acaecida hace cinco años. Consigno estos datos como poco conocidos.

Actualmente la población escolar de la ciudad de Calkiní es de 2,500 estudiantes contados desde el Jardín de Niños hasta la Escuela Normal. Las más concurridas son la Escuela Primaria Urb. Fed. No. 10 "Mateo Reyes" y la Escuela Tecnológica Agropecuaria No. 86. Por eso los desfiles cívicos y deportivos cobran gran lucimiento.

Existen tres sociedades culturales: "Aurora", "Reyde" y "Paz y Unión". La primera está celebando las fiestas de sus Bodas de Oro con inusitado esplendor. En la Unidad Deportiva "20 de Noviembre" festival folklórico de las Sociedades culturales del Camino Real. Inauguración de las obras realizadas en su local: el teatro "Briseida Cuevas" donde se lleva a escena con toda propiedad por su club de teatro la comedia musical "Violinista en el Tejado"; Sala de Exposiciones de artesanías, pinturas y fotografías. Cancha de Básquetbol y otras varias obras. Festival infantil en la pista de baile. Conciertos. Noche de voces y guitarras con la presentación del Orfeón Universitario Campechano, Romanza Campeche, Rondalla meridana y Rondalla "Calkiní", Cuadrangular de básquetbol por el trofeo "Bodas de Oro de la Sociedad Cultural Aurora". Homenaje a deportistas, Festival de la Sociedad "Progreso y Recreo" de Espita, Yuc., Baile de las Bodas de Oro y, por último, Sesión solemne con asistencia de la Directiva de Honor Fundadora. Se hizo especial invitación a las Autoridades, Presidentes y Embajadoras de todos los períodos sociales.

Muy pronto, el H. Ayuntamiento en ejercicio celebrará con pompa primaveral el Primer Torneo de Juegos Florales Nacionales, con los perfiles provenzales de su origen y revestido de galas contemporáneas. Todas estas actividades culturales se ofrecen como una renovación de la tradición espiritual de Calkiní cuya juventud mantiene vivo, como las vestales el fuego sagrado de Vesta, el arte y los valores de su tierra bienamada. También este Cuerpo edilicio verificará en breve una Feria agrícola, ganadera e industrial, a nivel municipal para incrementar la producción de la localidad e inducirla al progreso.

No obstante lo expuesto y en contraste con su elevado índice de fecundidad étnica pues el número de nacimientos es mayor que el número de defunciones en un período dado, el censo municipal no crece con el ritmo que corresponde a la agregación genética; este fenómeno social es debido a la emigración de individuos adultos y de familias enteras fuera del medio en que nacieron, por la falta de fuentes de trabajo, problema vital en que se debaten los seres humanos de esta región estatal de economía débil.

El futuro de Calkiní depende primordialmente de una salida al mar. Al municipio le corresponden 66 Kms. de litoral del Golfo de México, desde Neyuc punto limítrofe con Hecelchakán a Celestún, Yuc., y en esa zona costera se cuenta con abundantes recursos naturales renovables y no renovables. Por consiguiente, los habitantes de esta parte de la península, sufren el suplicio de Tántalo al no tener acceso a esos bienes donados por la naturaleza cuya importancia señalamos:

Zona pesquera para poder balancear la alimentación de numerosos campesinos desnutridos que padecen pelagra por carencia de proteínas y vitaminas. Puede fomentarse el cultivo de ostiones en gran escala, para responder a la demanda de este marisco.

Extensas y blancas salinas que deben ser explotadas para beneficio del pueblo.

La vegetación exuberante, los manantiales, la fauna y flora marinas, las rías, forman marco pleno de belleza que atrae el turismo.

Extensos cocotales, maderas preciosas como la caoba de hermoso pulimento; el mag productor de corcho que sirve para fabricar tapones, suelas para el calzado, flotadores para las redes de pescar, linóleo, etc.; arbustos productores de tanino empleado para curtir las pieles, amén de otras especies vegetales útiles. Pastos naturales y ojos de agua para el fomento de la ganadería.

La exploración de la plataforma continental, porción de lecho marino que bordea esta parte de continente es muy probable descubra yacimientos petrolíferos, razonamiento fundado por analogía de lo que acontece en los lugares que tienen un mar cerrado, en los que siempre existe plataforma continental extensa y en ella copia de petróleos; es el caso de Maracaibo en el Golfo de Venezuela donde se explotan yacimientos petrolíferos marinos.

la carretera Calkiní-mar está muy avanzada; se han hecho los tramos de Calkiní-Nunkiní-Sta. Cruz Hda.-Tankuché-Remate; faltan sólo 6 kilómetros para llegar al mar, pero los trabajos están paralizados. Por el canal adyacente dragado, trajinan botes motorizados que traen pescados en pequeña cantidad.

Allá está el camino del progreso. El anhelo general es que no quede trunca esta vía de comunicación. Se tiene una deuda histórica con Calkiní que ha sido centro maya, centro colonial e importante villa de Yucatán y ahora no puede por sí sola superar sus nobles tradiciones. Es acreedora a ser enaltecida, a que se impulse su desarrollo económico y se promueva su progreso, para que retorne el esplendor de los tiempos prehispánicos y vuelva el niño del campo a tener en el alma la luminosidad de las tardes de su heredad, cuando las Sierras reflejan la luz del ocaso de allende los mares.

Calkiní, Campeche, a 10 de abril de 1977.

 

Volver

Tomado de: Prisma del Camino Real. Varios autores. Universidad del Sudeste. Departamento de Difusión Cultural. Campeche, Cam., 1978, 60 pp.