El ciclo escolar ha iniciado, las escuelas abrieron sus puertas para recepcionar a los alumnos y ofrecerles, como lo indica el Estado, educación básica. Ajenos a la burocracia, los pequeños de educación inicial, preescolar, alumnos de primaria, educación especial, indígena y del nivel de secundaria, volvieron a los colegios para reencontrarse con sus camaradas, conocer nuevos amigos; regresaron a las aulas para convivir, desarrollar habilidades, adquirir conocimientos, compartir con sus maestros más experiencias. Quizá los menos informados –por ende, perjudicados por la administración- son los estudiantes, a quienes no se limita el ímpetu para correr por los pasillos, alegrarse de los juegos, explorar sus nuevos libros de texto, estrenar útiles escolares, decir chistes, hacer bromas, asustarse por la voz de la maestra o esconderse del director para no ser reprendidos. Los alumnos continúan el ritmo natural de su infancia o adolescencia según el caso, para ellos, el juego es el mejor pasatiempo. ¡Qué importa la Reforma o las leyes secundarias!
En estos días, la educación mexicana atraviesa un momento histórico, por una parte, la aprobación del marco jurídico que establecerá las leyes complementarias, derivadas de la reforma; por otra, el rescate y fortalecimiento de los consejos técnicos escolares, ambos detonadores del nuevo rumbo de las escuelas.
Es innegable que las intenciones de la política educativa son ambiciosas, el posicionamiento de la escuela como entidad gestora y autónoma, la profesionalización docente, el cumplimiento de días hábiles establecidos en el calendario escolar, la participación de los padres de familia y el cumplimiento de las funciones de dirección y supervisión, son algunos de los desafíos institucionales para la actual administración federal y en consecuencia para las Secretarías estatales.
Ante ese torrente de propuestas oficiales, en tanto se define la normatividad, las escuelas están abiertas y los maestros, al frente de sus deberes; la continuidad de la vida laboral del magisterio campechano, sigue su curso; no así en otros estados. Especial atención, se enfatiza en el personal con funciones de dirección y supervisión, pues a ellos corresponderá impulsar el rescate del orden y desempeño de los deberes docentes, las actividades pedagógicas en la escuela, así como, el funcionamiento de los consejos técnicos. Una labor fundamental para recuperar el liderazgo de los supervisores, ya que ellos, son pieza clave en el cumplimiento de los preceptos de la educación y promotores de la evaluación constante para detectar necesidades de actualización, proponer alternativas y crear espacios para la mejora escolar.
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La escuela es el espacio físico para la convivencia, el maestro es el profesional responsable del proceso de enseñanza, agente directo del proceso educativo que asume la responsabilidad del aprendizaje de los alumnos; sin embargo, la obligación del Estado y de los padres de familia es velar por el buen funcionamiento de la escuela, en ese sentido, los padres y tutores, también son artífices de los logros académicos de los estudiantes.
La labor de los docentes atiende al cumplido del compromiso ético de la profesión; por ello, la pertinencia de informarse acerca de la Ley General del Servicio Profesional Docente, que dé certeza, credibilidad y reconocimiento social al maestro. El maestro que está al frente de un grupo escolar tiene una gran responsabilidad, mas no es el único responsable del proceso educativo; su tarea se nutre del liderazgo del director, de la habilidad gestora e intervención académica del supervisor, de la capacidad administrativa y sensibilidad humana de los funcionarios, así como de los recursos financieros suficientes para garantizar la condiciones de seguridad e infraestructura.
Desde esta columna, mi reconocimiento a los maestros porque en ellos yace la esperanza de ofrecer alegría a los niños, una educación de calidad que genere el cambio cultural de la sociedad. Comparto con el gremio magisterial el derecho a ser informados con apego a la ley, respetando su valor ciudadano y los derechos como trabajadores de la educación.
El período lectivo 2013-2014 es una fase del continuum social del país, una etapa de la historia escolar de los niños y adolescentes. El regreso a clases es la continuidad del proceso educativo de miles de educandos, un ciclo abierto a desafíos.
San Francisco de Campeche, Cam. 20 de agosto de 2013. |