El corazón de Ah' Canul - 11
 
No. 11
Desde España: unidad
Sergio Cruz Hernández
 
 

Para revelar uno de los secretos del Universo vamos a coger: UNA PIEDRA.

Miramos la piedra y la vemos sólida, quieta, una unidad aparentemente cerrada, aislada del resto, independiente.

La vemos así por la distancia a la que estamos viendo la piedra, pero vamos ha acercarnos:

Si nos acercamos lo suficiente veremos que es un compendio de minerales unidos entre sí formando una piedra.

Si seguimos acercándonos veremos los átomos que forman las moléculas, con un ajetreo impresionante, electrones moviéndose alrededor de sus núcleos, átomos intercambiando electrones, núcleos rotando, y todo ello a una velocidad inimaginable. Y además, mucho espacio vació entre ellos. Si el núcleo de un átomo fuera como una pelota de baloncesto su electrón más cercano rotaría a una distancia de 35KM. (os lo imagináis).

Si seguimos acercándonos seguramente llegaremos a un punto donde ya no hay materia, está vacío, ¡No hay nada!

Si miramos la piedra lo suficientemente cerca veremos que ¡está hecha de nada!

Sólo estaría la información; la intención; La fuerza intencionada para que todo funcione de esa manera y formen ¡una piedra!

Y, esa fuerza inteligente e intencionada, esa información sin materia que hace que se unan átomos, moléculas, minerales para formar una piedra ¿Qué es? ¿Será Dios?

¿Estaremos viendo a Dios desde lejos cuando miramos una piedra? Pues yo creo que sí.

Si esto es así, podemos decir que esa piedra no se creó hace mucho tiempo, sino que se está creando cada instante, que está siendo sostenida y unida por todo ese ir y venir de los átomos de manera concertada y ordenada. Si los átomos de los que está hecha se separan, simplemente se desintegra. Y solo podemos ver el resultado de este esfuerzo alejándonos lo suficiente como para ver la piedra.

Pero la piedra no está sola en el Universo, sino dentro de él. Forma parte de algo más grande, es parte de un planeta, nada menos. (Solo tenemos que alejarnos lo suficiente para verlo).

Por lo que podemos pensar que la intención que está creando esa piedra no se acaba con ella, sino que es una obra mucho mayor: UN PLANETA.

La piedra que en si misma es una unidad, no está aislada, aunque lo parezca, sino que forma parte de una unidad mayor: LA TIERRA.

La Tierra a su vez, forma parte de una galaxia, y así sucesivamente.

Si pudiéramos alejarnos lo suficiente veríamos que clase de piedra es el universo. Lo que pasa es que lo vemos desde dentro. No vemos la unidad enorme e intencionada de la que formamos parte.

Lo mismo ocurre con los seres vivos:

Todas las células de tu cuerpo están asociadas, concertadas, unidas para ser Tú (una unidad); solo hay que alejarse lo suficiente para verte.

Lo único que cambia entre la piedra y tú, es la disposición de los átomos; el orden, la intención para formar una cosa y no la otra; pero el material es el mismo.

Tú al igual que la piedra también estas siendo sostenido por esa fuerza intencionada, microsegundo a microsegundo.

Tus células viven su vida de forma independiente.

Las células de los huesos no se parecen en nada a las del hígado, por ejemplo.

Cada una hace su función sin preocuparse de nada, interactúan, se complementan y colaboran entre ellas para formar "una persona".

Las células sólo almacenan energía para funcionar tres segundos, después dí este tiempo comenzarían a morir; confían en que el entorno en el que viven les proporcione lo que necesitan al momento.

¡Y funciona!

Continuará...