"Tantos soldados para custodiar a una
pobre mujer, pero yo con mi sangre les formaré
un patrimonio a mis hijos", sólo
un corazón resuelto y sin miedo es capaz de luchar
e incluso dar la vida por lo que quiere.
Doña
Josefa aportó su pasión, fortaleza y energía
para cambiar no sólo el destino de sus hijos
sino tambien el de nosotros.
Esta
mujer inconforme por las injustas condiciones de vida
existentes en la Nueva España para todo aquel
que no fuera español europeo une su acción
a la de otros para combatir las inequidades de una organización
social, económica y política enfocada
exclusivamente para que los españoles europeos
y los radicados en tierras americanas gozaran de derechos
y prerrogativas.
En
la época virreinal, en las posesiones españolas
americanas, no podemos designarlas como México,
Venezuela, Chile, etc., porque no existían como
tal, había una estructura social totalmente piramidal
y "achaparrada", muy ancha en la base y de
poca altura, los indios, negros y las castas (mestizos
y mulatos, considerados "impuros", tenían
mucho menos derechos que los dos primeros), ocupaban
los niveles más bajos y vivían en condiciones
lamentables, explotados por las clases superiores y
por el hambre y las epidemias.
Los
criollos constituían el grupo intermedio a pesar
de ser hijos de españoles, eran relegados a puestos
secundarios, convertidos de este modo a súbditos
de segunda.
Ante
este panorama, agregado a las condiciones derivadas
por la ocupación napoleónica de la Península
Ibérica (1808), cuando los Borbones españoles
(Carlos IV y Fernando VII) dejan el trono en manos del
invasor, es el momento en que cristaliza en las mentes
de los criollos el deseo de lograr la autonomía
del gobierno español y con esta meta celebran
reuniones mismas que fueron reprimidas por los españoles
peninsulares, mas no por ello cejan en sus esfuerzos
y actúan en la clandestinidad. Una de esas conspiraciones
fue la de Querétaro, en la que participa activamente,
entre otros, María de la Natividad Josefa Ortiz,
más conocida como la Corregidora, doña
Josefa Ortiz de Domínguez. Mujer criolla y que
como tal, toma conciencia y se identifica con la problemática
social de los de su clase, a la vez que se interesa
y pugna por los derechos de la clase baja y organiza,
desde su posición de esposa del Corregidor numerosas
obras de caridad para los más desprotegidos.
Ni
su condición de mujer, con ciertos privilegios,
madre, incluso de hijos pequeños, ni su estado
de preñez, le impidieron a doña Josefa
participar activamente en la Conspiración de
Querétaro y más que limitantes, le impulsaron
a convertirse en pieza clave del movimiento de autonomía
de la colonia, desatado la madrugada del 16 de septiembre
de 1810.
Mujer
de carácter, valor y templanza, perseverante
en la lucha de sus ideales de construir un Estado en
el que imperasen valores democráticos que permitieran
vivir en una sociedad más justa, es arrestada
y privada de su libertad desde el 14 de septiembre de
1810 hasta junio de 1817, al ser cuestionada al respecto,
únicamente contesta: "cumplí con
mi deber de patriota".
En
1822, el emperador de México, Agustín
de Iturbide le ofrece convertirse en dama de honor de
su esposa, lo que naturalmente rechazó por considerar
que un Imperio era totalmente contrario a sus ideales
democráticos y contesta: "...la que es Soberana
de su casa, no puede ser dama de una Emperatriz".
Hasta
su muerte fue miembro activo de grupos liberales de
carácter radical. |