Un
muñeco es quemado en la plaza principal de Nunkiní,
dos veces al año. Lo pasean por el pueblo durante
tres días, antes de la hora de su inmolación.
La
Sociedad "Caballero de fuego" lo diseña
para darle continuidad a una tradición de cuatro
centurias. Se supone que a principios del siglo XVII ya
existía esta ceremonia, tiempo en que se dice que
la terrible viruela negra acabó con casi todos los
habitantes de Chan Kah, un poblado vecino.

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Preparando
el monigote. Foto. Francisco Cauich Pat |
En ese entonces, los
sobrevivientes hicieron un monigote representando al invasor
español, al que le echaron la culpa de esa nueva
enfermedad. Después de prenderle fuego y convertirlo
en cenizas, cuenta la leyenda que la viruela dejó
de asolar el lugar.
Una
hilera de 90 metros, tejida con bombas (de pólvora,
papel y tzosquil), es encendida, hasta llegar a los pies
del "hombre", que explota a causa de los petardos
alojados en diferentes partes del cuerpo.

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"Mujer de fuego". Foto. Francisco Cauich
Pat
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Desde el año 1993, se hace lo mismo con la X'naan K'aak'
(Mujer de fuego), que representa a una mestiza. Esta costumbre
comenzó a hacerse al brotar una epidemia de cólera
en el poblado, en 1992.
Fuente:
Municipio de Calkiní. Breve descripción. Trabajo de integración de Santiago Canto Sosa. Calkiní, 2001. 64 pp. |