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Plaza
de Dzitbalché (1960, aprox.) |
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Por
Jorge Jesús Tun Chuc
“Mi
gran hermano mayor Na May Canché salió de los intramuros
de Mayapán en compañía de sus Batabes”
Códice
de Calkiní
ANTECEDENTES
Hasta
hace algunos años era común encontrar en los textos
de historia mesoamericana, el consenso logrado entre los estudiosos
de la arqueología. Daban como un hecho de que los antiguos
mayas practicaron una manifiesta vocación pacifista.
Sin
embargo, pruebas arqueológicas recientes han sacado a la
luz nuevos conocimientos sobre esta gran civilización.
Resulta que el arte de la guerra ocupaba un lugar importante en
la vida de los Bataliboo’b, Kúuchkabales y ciudades-estados.
Las
características culturales que compartían los distintos
señoríos, como lo eran la organización social,
lengua, religión y demás modos de la vida cotidiana,
no fueron lo suficientemente fuertes para establecer perdurables
lazos de unión y amistad entre sus pueblos.
Muchas
matanzas entre hermanos de raza se hubieran evitado con unas buenas
relaciones humanas. Lamentablemente ocurrió lo contrario.
Las
recurrentes confrontaciones bélicas entre los mayas, llevaron
a la destrucción de sus ciudades, otras fueron abandonadas
intactas, provocando como efecto el desplazamiento de masas por
las selvas de la Península de Yucatán, Tabasco,
Chiapas y Centroamérica.
Incluso,
algunas fueron levantadas por los itzaes en el año 450,
cuyos moradores emigraron hacia otros lares, obligados por las
agresiones de los caciques de Izamal y Motul, en 692.
Después
de un prolongado peregrinaje, entre 711 y 731 los itzes arribaron
a Champotón. Luego de una estancia de casi dos centurias
en el Sur de la Península de Yucatán, asediados
por los Xiu; en el año 928 emprendieron nuevamente el regreso
a su antiguo asentamiento. Una rama de los itzaes que salió
buscando las tierras del Norte, fundó la amurallada ciudad
de Mayapán en 948. A partir de esa época sus gobernantes
adoptaron el patronímico Cocom.
Hacia
el año 987 una segunda rama de los itzaes levantó
Chichén Itzá al lado de las ruinas de la ancestral
Uc Yab Nal (Chichén Viejo).
Un
tercer grupo, pero del linaje Xiu, bajo las órdenes de
Ah Mecat Tutul Xiu, hizo surgir a Uxmal en 1007. A partir de la
fundación de Chichén, hasta 1461, los mayas peninsulares
vivieron un desarrollo acelerado, especialmente en estrategias
militares, debido a la conjunción de diversos factores
culturales, entre ellos el de procedencia tolteca.
Dadas
que las relaciones entre las ciudades-estados marchaban bien,
en 1118 se formó la llamada Triple Alianza entre Uxmal,
Chichén Itzá y Mayapán. La armonía
entre los aliados fue resquebrajándose como consecuencia
del protagonismo radical de sus dirigentes. La crisis política
desembocó en una sangrienta guerra entre Mayapán
y Chichén Itzá en la que triunfaron los primeros,
en 1194. La derrota de Chac Xib Chac, gran señor de Chichén,
obligó a sus habitantes a abandonar la ciudad y dirigirse
rumbo a Tayasal, en la actual Guatemala.
APARECEN
LOS CANUL
En
1441, 247 años después de la decadencia de Chichén
Itzá, aparece en Mayapán un grupo de individuos;
todos ellos hermanos, que se hacían llamar Canul o Canuloo’b,
término que significa “guardianes”. Vinieron
procedentes del Petén guatemalteco o contratados por los
Cocom, con el fin de que resguardaran las entradas de la amurallada
ciudad de Mayapán.
Poco
después de la llegada de estos personajes, sobrevino el
choque armado entre los Cocom y los Xiu. Aún con la ayuda
de los Canul, el destino de Mayapán tuvo un dramático
fin al ser destruida por las huestes de Ah Xupan Xiu, gran señor
de Uxmal.
Pero,
¿qué tiene que ver toda esta historia con los Canché
de Dzitbalché?
La
presencia de los Canul en el Camino Real, cambió el trazo
de la geopolítica, así como los nombres de los ejecutores
del poder local. Veamos.
Después
de la debacle de Mayapán, los guardianes “extranjeros”
iniciaron su desplazamiento con dirección al sur, específicamente
a la Región del Camino Real. Según el Códice
de Calkiní fueron nueve hermanos Canul o Canuloo’b
los que salieron de Mayapán. Sin embargo, en este documento
se enumeran solamente ocho. Ellos son: Ah Tzab Canul, Ah Kin Canul,
Ah Paal Canul, Ah Sulim Canul, Ah Chacah Canul, Ix Pacab Canul
y Nah Bich Canul.
¿Cuál
es el nombre del noveno de los hermanos Canul?
¿Existe
acaso un error en el Códice, o tal vez fue alterado a propósito?
En este manuscrito del siglo XV, se omite totalmente el nombre
del último integrante.
Para
responder a la segunda pregunta es necesario conocer los estudios
del eminente mayista japonés Tsubasa Okoshi Harada, mismos
que se exponen más adelante.
LOS
CANCHÉ FUNDAN DZITBALCHÉ
Bien
se puede iniciar esta etapa histórica con la siguiente
pregunta: ¿Quiénes habitaban estas tierras antes
de la llegada de los Canul?
De
acuerdo con los resultados de las investigaciones arqueológicas
de Lorraine Williams-Beck, los primeros asentamientos humanos
en el área de Dzitbalché, se remontan, aproximadamente,
al año 100 de nuestra era. Fue hasta el año 600
cuando surgió la ciudad de Xuch, importante centro urbano
distante a unos 15 kilómetros del corazón de la
ciudad de Calkiní.
Su
período de mayor prosperidad se ubica entre el Período
clásico terminal y el Posclásico tardío (600-1400),
es decir, hasta hace poco de la llegada de los hermanos Canul.
Según
Okoshi-Williams-Beck, muy probablemente Xuch haya sido un centro
administrativo del poder local de los Canché.
En
su tiempo y circunstancia, la influencia del gobernante del Batabil
de Dzitbalché se extendió hasta Tzemez Akal, ciudad
vecina de Uxmal, que era controlada por el linaje Mut. El Batab
Na Couoh Mut contrajo matrimonio con la hija de Na Poot Canché,
quien era importante personaje político en el Batabil dzitbalchense.
Tan singular alianza permitió a los Canché la formación
del Kúuchkabal de Dzitbalché.
LA
CAÍDA DEL PODER
Volviendo
nuevamente a la fuente del Códice de Calkiní, en
éste se lee, en la página 13: “Mi gran hermano
mayor Na May Canché salió de los intramuros de Mayapán
en compañía de sus Batabes”.
Esta
afirmación carece de solidez, si se toma en cuenta la grave
situación política que se generó posteriormente
en detrimento de los centros del poder regional.
Ningún
líder o individuo parecido, en su sano juicio, hubiera
guiado a ese grupo de encendidos guerreros a sus dominios propios,
sabiendo que los Canul estaban ávidos de venganza y poder.
En otras palabras, la acción de Nah May Canché,
si es que acaso la llevó a cabo, fue totalmente absurda,
un yerro garrafal.
Sin
duda alguna, existen diversos hechos que no aclara satisfactoriamente
el Códice de Calkiní. Por ejemplo: ¿Cómo
pudieron ocho o nueve personas infiltrarse en los distintos cacicazgos
y luego arrebatar el poder a los Canché, cuando éstos
ya tenían consolidado su dominio en la región? La
única respuesta que parece plausible, es que los Canul
vinieron al frente de un numeroso y poderoso ejército con
la firme consigna de conquista. Sólo así se explica
que los Canché hayan visto el colapso de su Kúuchkabal.
Porque después de todo, ¿quién no lucha con
todas sus fuerzas defendiendo su territorio?
Da
la impresión que cuanto más se analiza el mencionado
manuscrito, aparecen más interrogantes que respuestas.
He aquí algunas más: ¿En que año ascendió
a Batab de Calkiní, Ah Tzab Canul, el mayor de los hermanos?
¿Cuándo hizo lo propio Ah Kin Canul en Dzitbalché?
Tal parece que las respuestas permanecerán mucho tiempo
como misterios de nuestra historia.
LOS
CANCHÉ ALTERAN EL CÓDICE
Según
la hipótesis de Okoshi Harada, los Canché eliminaron
el nombre de uno de los Canul en el Códice de Calkiní,
para incluir el de su antepasado Na May Canché.
Entonces,
¿alguna vez tuvieron los Canché acceso directo al
Códice? Ahora se exponen algunos antecedentes que en cierta
forma le sirven de soporte a la hipótesis de Okoshi Harada.
En
1541, Francisco de Montejo “El Mozo” se estableció
en Campeche; ahí convocó a todos los Batabes de
la región para presentarse ante él y expresarle
su obediencia incondicional.
El
llamado del conquistador no tuvo eco en la mayoría de los
dirigentes indígenas, entre ellos Na Chan Canul, Batab
de Calkiní. Ante tal negativa, Montejo “El Mozo”
ordenó a su primo del mismo nombre, someter por la fuerza
a todos los cacicazgos mayas, incluyendo al de los Canuloo’b.
Para
ese entonces, los Canul no eran bien vistos por los descendientes
de los Batabiloo’b conquistados por éstos. Así,
cuando Francisco de Montejo “El Sobrino” o “El
Primo” enfiló sus tropas rumbo al Camino Real, muchos
líderes autóctonos rebeldes se unieron a la causa
del jefe español, disponiéndose a pelear en contra
de un enemigo común, que era ni más ni menos lo
que representaba el gobierno centralista de Calkiní.
En
Dzitbalché, Na Poot Canché se sumó a las
fuerzas de Montejo. Esto explica satisfactoriamente el por qué
los defensores de Calkiní fueron rápidamente derrotados,
pese a la tenaz resistencia que opusieron. Na Chan Canul y sus
allegados fueron hechos prisioneros. Como recompensa a su ayuda
a la causa española, Na Poot Canché fue ascendido
a Batab de Calkiní por Montejo “El Sobrino”.
El
inesperado giro que tomó la situación política
favoreció a los auténticos dueños del poder
local. Según Okoshi Harada, su regreso al control del Gobierno
les dio la oportunidad a los Canché de incluir el nombre
de su antepasado Na May Canché en el Códice de Calkiní.
El propósito de su acción fue con el fin de que
las generaciones sucesivas dieran por seguro la importancia de
su linaje en las esferas del poder total.
CONCLUSIÓN
Al
fin y al cabo, los genuinos fundadores de Dzitbalché aprovecharon
su alianza con los españoles para cobrarse venganza de
los Canul y de paso recuperar el poder que un aciago día
les fue arrebatado por unos audaces guerreros provenientes del
Petén guatemalteco.
Al
tiempo en que el Códice de Calkiní empezó
a escribirse en 1589 por los descendientes de los Canul y los
Canché, la vida colonial en estas tierras tenía
ya varias décadas de haberse iniciado. Hecho del que se
deduce que los Ah Canul nunca recuperarán el poder que
ilegítimamente detentaron.
Como
reza el dicho: “El que ríe de último, ríe
mejor”. Claro, aunque también para los Canché,
la recuperación del mando se convirtió en una victoria
fugaz y pírrica.
Otro
punto que es importante recalcar es el referente al origen de
los Canché. Su auténtica procedencia se diluye en
la noche de los tiempos. Pero si se toma en cuenta la hipótesis
de Okoshi-Williams-Beck, también ya expuesta en este trabajo,
es probable entonces que Dzitbalché (Hun: uno (a), Dzit:
Vara delgada, Balché: Pitarrilla o pitarriya), haya sido
fundado cuando menos en una época paralela a la de Xuch
(600 d.C.).
De
no ser así, entonces esta ciudad no pudo nunca haber funcionado
como centro administrativo del poder local Canché entre
el 600 y 1400, tiempo que duró la época de mayor
esplendor de dicha ciudad. Esto hace razonable pensar que la antigua
May-K’ee’k’en (pezuña de cerdo), ahoya
ya desaparecida por la acción de los elementos y del hombre,
tenga a la fecha actual un promedio de 1400 años de fundada.
Lo
que si es cierto es que el posteriormente llamado Noh Cah (Pueblo
Viejo) fue el producto de las guerras internas que estuvieron
a la orden del día en la historia de nuestros antepasados.
En
conclusión, no es nada aventurado afirmar que todo estudio
serio que se lleve a cabo sobre la vida de los antiguos mayas,
estaría incompleto sin la inclusión de la temida
acción de la guerra.
GLOSARIO
Batabil. Cacicazgo o señorío.
Kúuchkabal. Espacio territorial gobernado por un poder
que reside en un lugar determinado. Término equivalente
a “provincia”.
BIBLIOGRAFÍA
1. “Códice de Calkiní”. Versión
de Alfredo Barrera Vásquez. 1957. Librería Campechana.
Editorial Porrúa.
2. “Campeche. Monografía Estatal”. Secretaría
de Educación Pública. 1994. 256 páginas.
3. “Calkiní, una historia compartida”; varios
autores. H. Ayuntamiento de Calkiní. 1999. 138 páginas.
AGRADECIMIENTO:
Prof. Iván Turriza Pinto.
Fuente:
Texto proporcionado por el autor. El escrito fue publicado, en
la columna Nuestros orígenes”, en las páginas
3 y 4 del suplemento dominical del periódico “Tribuna”,
de Campeche, el 1º de agosto de 2004. Foto: Tomada de un
Informe Recepcional de la Escuela Normal de Profesores de Calkiní.