La
tradicional tamalada llega a su fin; la gente comienza a retirarse.
Todos regresan contentos a casa, cuando ya empieza a clarear
el día.
A
las tres de la tarde, la multicitada charanga, nuevamente toca
jaranas yucatecas. Estos hombres y su música, son elementos
de la cultura popular del Mayab. El grupo que acompañará
al gremio se reúne en poco tiempo.
Es
una sabrosa espera, porque mientras llega la hora de partir,
todos disfrutan un vaso lleno de refrescante horchata. Una aglomeración
de impacientes niños, rodea a los repartidores, impulsados
por su desesperado deseo infantil de apropiarse de la apreciada
bebida.
Los
socios comisionados organizan el contingente en el siguiente
orden: Adelante, dos señoritas toman el pendón
que tiene escrito el nombre del gremio. Luego, siguen los niños
formados en doble fila; en todo el recorrido agitan banderitas
mexicanas, hechas con papel de China. Enseguida, las muchachas
que transportan los estandartes con el retrato de la Virgen;
éstos están finamente decorados; en último
lugar están los músicos.
Todas
las partes de este grupo de personas realizan con armonía
su actividad, una vez que inician la marcha. En la bolsa trasera
del pantalón, algunos de los filarmónicos guarda
disimuladamente una pachita de espirituoso Holcatzín.
En el camino, lo compartirán y así se darán
fuerza y ánimo para cumplir su folklórica misión.
El
típico desfile recorre varias calles, llega al parque
principal y continúa hasta alcanzar el templo parroquial.
Música y voladores envuelven la caminata. Desde puertas
y ventanas, las personas observan el paso del gremio. El resto
del público forma vallas en las aceras, para presenciarlo
en primera fila.
Anteriormente
al año 1983, el actual parque principal no existía;
en vez de él había un amplio espacio cubierto
con zacate. Este lugar se nublaba de humo, a causa de la quema
de voladores y regueros de pólvora. Era costumbre de
los niños de esa época, recoger a toda carrera
la mayor cantidad de chi'libo'ob de los voladores que caían
al suelo a manera de pertinaz llovizna.
En
la puerta del templo, el sacerdote recepciona al gremio. Juntos,
se dirigen hasta el altar, ahí colocan los estandartes,
pendones y ramos de flores. Afuera, espera el grupo de veteranos
músicos, "comandados" por "Itos",
el momento indicado para entrar en acción.
En
la noche se realiza el santo rosario. Terminando éste,
los filarmónicos de la vieja guarda, deleitan con su
música al gentío que camina en calles y calzadas
del centro. Ráfagas de voladores zumban al elevarse al
oscuro firmamento donde explotan su carga. Otros cohetes derraman
fugaces cascadas de preciosas luces multicolores, que se pierden
en el vacío.
Vistosos
globos, llenos de gas, ascienden a las alturas, perdiéndose
en la lejanía, no sin antes despedirse, titilando su
débil luz.
En
épocas pasadas, cuando la economía era más
sólida, era común disfrutar en estas noches de
fiestas, la quema del "toro petate" y las "idas
y venidas"; éstas eran fuegos artificiales itinerantes.
Se colocaban en un alambre, uno de sus extremos se amarraba
en el campanario del templo parroquial; el otro se ataba fuertemente
en una alta rama de la extinta ceiba.
Los
niños de esa época, también participaban
a su manera, pateando bolas de fuego. Las construían
con pedazos de tela, hilo y alambre. Las impregnaban con petróleo
diáfano y gasolina. Eran rasgos muy particulares de esta
fiesta local. También eran otros tiempos, cuando la globalización
moderna era aún una lejana utopía.
A
las 10 de la noche se arranca el baile popular, amenizado por
algún conjunto musical de renombre; antes de las recurrentes
crisis económicas, existía una "rivalidad"
entre los principales gremios, ya que hacían sus actividades
lo mejor posible y con excelente música, tratando siempre
llevarle ventaja a la "competencia".
Ahora,
sólo pretenden cumplir bien su misión; la economía
actual es un factor negativo para estos eventos. Las opciones
de diversión son variadas, tales como: Juegos mecánicos,
tiro al blanco, lotería de mesa, futbolitos, venta de
chucherías, discos, ropa, tacos y golosinas de todo tipo.
El
inconfundible aroma de ricos panuchos y suculentos caldos de
pavo indio, estimulan el apetito. Saborear estas delicias en
algún puesto, es un regalo para el paladar. Es tradicional
y típico en nuestras fiestas populares, disfrutar estas
delicias culinarias.
Al
día siguiente, antes del regreso del gremio a su domicilio,
se celebra una misa a las nueve de la mañana. Es despedido
con voladores, regueros de pólvora y repique de campanas.
La llegada a casa es rociada con horchata de arroz bien helada.
Así termina el compromiso del gremio en turno; ahora
cede su lugar a otro similar.
El
15 de agosto es la fecha cumbre del novenario, día del
onomástico de la Virgen. Alrededor del mediodía,
la Patrona del pueblo protagoniza una procesión multitudinaria
por las principales calles.
A
su regreso a la parroquia, numerosos fieles la tocan con ramos
de todo tipo de flores, unos hacen promesas, otros rezan y piden
que les conceda vida, salud y trabajo.
En
todas las casas hay familiares de visita, los espacios de los
hogares se reducen, pero ni esto hace decaer el buen ambiente
social. Es más importante convivir y compartir.
Pavos,
cerdos y borregos son los paganos; en este día, se convierten
en exquisitos guisos que se sirven en las reuniones de parientes
y amigos.
Los
gremios fundadores del novenario de la Asunción son:
Unión Obrera, Carretilleros y Unión y Fraternidad.
Por ello, durante varias décadas, las festividades terminaban
el 15 de agosto. Posteriormente, surgieron otros como: Gremio
de Niños, Carreteros del Campo, Campesinos y Artesanos,
Flor del Maíz y Abastecedores y Comerciantes. Obviamente,
el novenario se hizo más largo, pues actualmente termina
hasta el día veintiuno.
El
primer gremio católico que entró a la iglesia
de la Asunción fue "Unión y Fraternidad",
el sábado 6 de agosto de 1904. Como inicialmente eran
tres gremios, cada uno extendía por tres días
sus actividades.
Aunque
no es posible precisar una fecha acertada, se cuenta que entre
los festejos se incluía las corridas de toros. Actualmente,
éstas últimas han sido eliminadas del novenario.
El
sacerdote que organizó estas festividades religiosas
en el año de 1904 fue Francisco García Fernández,
que tuvo a su cargo la iglesia local, de junio de 1898 al 20
de septiembre de 1916.
El
novenario concluía en sus primeros años, el día
15 de agosto, día de la Asunción. El gremio Unión
Obrera tuvo su sede en 1904, en la casa de Salvador Vela, ubicada
en la calle 20 sin número; ahora en ese domicilio funciona
una conocida panadería.
Hasta
el año de 1952, los tres gremios incluían la típica
vaquería entre sus bailes populares que se llevaban a
cabo. A mediados de los 50's, ésta fue excluida de esta
fiesta.
A
casi un siglo de su fundación, la fiesta religiosa más
importante de Dzitbalché, sobrevive a pesar de tener
algunas modificaciones con el transcurso de los años.
Se mantiene intacta su esencia, a pesar de los embates de modas
exóticas y estilos de vida ajenos, que amenazan con socavar
nuestra cultura.
Sin
duda alguna, es una noble y bella herencia para las nuevas generaciones.
En un futuro no lejano, les corresponderá preservarla
y difundirla.
GLOSARIO
K'úut:
Machacado.
K'óol:
Pasta cocida de masa de maíz, aderezada con sal y manteca.
Holcatzín:
Aguardiente de caña.
Ch'ílibo'ob:
Varas delgadas de tahonal.
FUENTES
DE INFORMACIÓN:
Rafael
González Pérez. 20 de junio de 2003. Prof. Carlos
Contreras Ortiz. 23 de julio de 2003.
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