Desde
hace algunos meses, el tema del sobrepeso y obesidad infantil,
son asunto generalizado de la opinión pública
en el país; a nivel de Secretarías de estado,
un problema, para los legisladores, tópico de discusión
y controversia; en tanto para las autoridades educativas y maestros,
una problemática compleja por atender. Cualquiera
que sea el ámbito social para abordar su análisis,
lo lamentable es que la población infantil mexicana con
esas características, posiciona al país en primer
lugar, nada positivo para la calidad de vida de las generaciones
del presente y un enorme foco de alarma para implementar un
programa emergente de prevención y atención a
tal situación.
El
estado físico y de salud de los infantes,refleja una
realidad que no puede ocultarse, las causas son diversas: en
el hogar, el predominio de malos hábitos alimenticios,
sedentarismo, inactividad física, exceso de alimentos
con altos índices de azúcar y grasas; prácticas
de crianza familiares que fomentan el abandono, descuido en
la alimentación, poco tiempo de los padres para cuidar
y vigilar el consumo de alimentos sanos, muchas horas dedicadas
a ver televisión, uso de la computadora, videojuegos,
entre otros. Los cambios en el tipo de alimentación son
resultado de la influencia de campañas publicitarias
en los medios de comunicación, la proliferación
de expendios de comida rápida, producción sin
control sanitaria de refrescos embotellados y la venta de alimentos
con grasas saturadas, son factores que han ocasionado un crecimiento
acelerado de más casos de obesidad en niños y
en adultos.
Ante
tal situación, las autoridades correspondientes en materia
de salud y educación, han coincidido en la gravedad del
problema y en la necesidad de afrontarlo; las iniciativas y
acuerdos establecidos al respecto, son apenas los primeros pasos.
Al convertirse en un asunto de orden nacional, su atención
es una prioridad. El éxito de los esfuerzos dependen
en gran medida, de la aceptación del problema, la sensibilización
de todos los agentes educativos (padres, madres, tutores, maestros,
directores, supervisores, etc…) y las acciones en marcha.,
con la debida supervisión para promover el seguimiento
de las estrategias. Recientemente, los secretarios de Educación
y de salud, en presencia de los funcionarios de los estados,
aprobaron el Anteproyecto de los Lineamientos generales para
expendio y distribución de alimentos y bebidas en los
establecimientos de consumo escolar, mismos que entrarán
en vigor para el período escolar 2010-2011; su objetivo
prevenir y revertir el sobrepeso y la obesidad infantil, así
como, impulsar una cultura de hábitos saludables y una
educación alimentaria. Este documento ha generado dudas,
confusión y preocupación, tanto en los directivos
escolares, vendedores ambulantes, fabricantes de gaseosas, golosinas…
si usted amable lector, se interesa y desea saber más
acerca de la información, consulte la página oficial
de la Secretaría de Salud y de Educación; el texto
expresa capítulo a capítulo, información
detallada para todos los agentes escolares, por ejemplo, en
el Capítulo II referente a la comunidad educativa, señala
como derechos y obligaciones de los padres, madres o tutores,
lo siguiente: “supervisar el tiempo que sus hijos pasan
frente al televisor, computadora o juegos electrónicos
y vigilar que mientras lo hagan no consuman alimentos, promover
la activación física de los niños con actividades
recreativas, proveer –en lo posible- un refrigerio a sus
hijos que puedan llevar consigo a la escuela…”.
En esta cruzada en pro de una niñez sin problemas de
peso y de salud, es necesaria la participación corresponsable
de padres, maestros, médicos, proveedores de alimentos,
autoridades y de los propios niños.
Las
medidas sugeridas en los lineamientos para el expendio y distribución
de alimentos y bebidas, son algunas acciones urgentes que deben
aplicarse en las cooperativas escolares, mismas que se fortalecerán
en la medida que docentes impulsen una cultura de hábitos
saludables, proporcionando información básica,
promoviendo campañas de alimentación sana, periódicos
murales y reforzando los mensajes con el ejemplo. En este proceso
de sensibilización, también los adultos son destinatarios,
pues, existen padres y docentes cuya alimentación es
a base del consumo de alimentos con alto contenido de azúcares,
sal y grasas.
La
atención del sobrepeso y la obesidad infantil no es un
juego político, es un problema de salud pública;
las estadísticas, casos de diabetes y enfermedades derivadas,
aumentan considerablemente, es tiempo de actuar con responsabilidad,
la necesidad de un cambio cultural en las familias, en las escuelas
y en la calidad de vida de la niñez.
La
educación es el medio para la preservación saludable
del cuerpo humano a través de hábitos adecuados
de alimentación e higiene; mediante la promoción
de la salud, la escuela y las prácticas de enseñanza
de los educadores, harán el espacio propicio para crear
actitudes, valores y hábitos de vida saludable que promuevan
el bienestar físico, mental, afectivo y social; por ello,
la necesidad de crear ambientes escolares saludables y promover
intensamente la actividad física dentro y fuera del contexto
escolar.
San
Francisco de Campeche, Cam. 1 de junio de 2010.
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