Cada pueblo tiene su propia historia. Bécal no es la excepción, el origen de su nombre se apoya en leyendas orales que aproximan la traducción castellana a la etimología del nombre del sitio: bel-kah (camino que conduce al pueblo), bel-há (camino de agua) o bel-can (camino de culebras). Bécal es un rincón campechano enclavado en la frontera norte del territorio estatal, colinda con el municipio de Halachó, Yucatán; es cabecera de sección y Junta Municipal desde 1916.
Aunque hasta el momento no existe dato alguno que precise la fecha de su fundación, las fuentes consultadas refieren su existencia desde antes de la llegada de los españoles; aproximadamente a partir de la desintegración de Mayapán, por el transcurrir del año 1450.
El lugar fue escenario de hechos trascendentales, tal como: en 1549 fue tasado el pueblo de Bécal; en 1785, se entregó a la encomendera Doña Francisca del Puerto, quien rindió administración a la Real Caja de San Francisco de Campeche. Otro suceso relevante fue el Pronunciamiento de Bécal, una Junta Militar realizada el 4 de marzo de 1823 para adherirse al Plan de Casa Mata, con el objetivo de expulsar a Agustín de Iturbide. La visita de la Emperatriz Carlota, quien durante su estancia, se hospedó en la casa principal de D. Sixto García.
Con la separación de Campeche de Yucatán, el territorio becaleño perteneció al estado libre y soberano de Campeche. El 23 de enero de 1963, el Lic. Adolfo López Mateos visita el pueblo, siendo Gobernador, el Gral. José Ortiz Ávila y Presidente de la Junta, el Sr. Respicio Montero Lavadores.
Actualmente ostenta el título de Villa (según decreto publicado en el Periódico Oficial del Estado el día 23 de abril de 2004). Tiene dos distintivos principales: la artesanía y la tradicional Feria del Jipi.
Artesanía
La manufactura de los sombreros ha dado reconocimiento a los pobladores. El inicio de esta actividad artesanal se remonta a finales del siglo XIX; durante varias décadas del siglo XX se convirtió en la principal actividad económica que dio sustento a la población. Los sombreros becaleños adquirieron renombre y fama nacional, lo que le valió la distinción “Cuna del sombrero de jipi y palma”. Los sombreros finos continúan siendo del agrado de visitantes y turistas extranjeros. En los últimos años, la artesanía local se ha diversificado, pues confeccionan carteras, billeteras, bolsos de dama, collares, aretes, alhajeros, floreros y curiosidades, objetos decorativos creados con la sensibilidad artística y habilidades manuales de los tejedores. El tejido de los sombreros es cien por ciento artesanal, está hecho con fibras naturales cultivadas en la región, es la base de la economía de algunos habitantes del lugar y sus familias.
Conservar esta actividad productiva es el gran reto actual, su distribución en los mercados nacionales aun no se consolida, el valor de los productos requiere revalorarse para mejorar su costo. Los artesanos necesitan de más apoyos legales, económicos y de estándares de calidad para convertir los sombreros, en producto campechano de exportación. Si bien, los concursos ofrecen premios económicos como incentivos para los artesanos, no es una estrategia que impulse la ampliación de mercados, colocación del producto y proyección exterior, son competencias que poco fomentan el crecimiento monetario, mas bien, impulsan de forma individual al artesano, no la actividad artesanal como fuente de producción.
Feria artesanal
Desde hace varias décadas, la actividad de los habitantes ha sido el tejido de sombreros de jipi y palma; creaciones que han dado reconocimiento al trabajo de las manos de mujeres y hombres becaleños. La laboriosidad y creatividad del pueblo está sintetizada en la Fuente de los Sombreros, un ícono que luce majestuoso en el centro de la Plaza del Progreso. Es el símbolo de la localidad, uno de los atractivos que embellece el paisaje urbano.
El interés de los artesanos locales para dar a conocer su trabajo, impulsar la venta de los productos, mostrar a propios y extraños la calidad de los tejidos, motivó a un grupo de tejedores encabezados por Valentín Uc, Andrés Uc, Eulalio Ordóñez, María Asunción Dzul con el liderazgo de D. Carlos Rivas Vargas (funcionario de la Procuraduría de Asuntos Indígenas) y la colaboración de los maestros de la Escuela Primaria Federal de la comunidad, a organizar la Primera Exposición Regional, Industrial, Agrícola y Feria del Jipi en el año de 1939. De 1939 a 1947 el esplendor de las exposiciones fue el mejor escaparate para exhibir la calidad, variedad de sombreros y tejidos de jipi. La esencia de la tradicional fiesta anual es la promoción de la artesanía, se complementa con la elección de la Flor del Jipi, joven becaleña que se convierte en Embajadora para presidir, engalanar con su belleza y simpatía los días de la festividad.
A través del tiempo, la historia de los pueblos se escribe con la participación de sus habitantes, sucesos que configuran el patrimonio cultural, la riqueza folclórica que detalla la identidad, el sentido de pertenencia hace brotar el orgullo de sentirse parte del pasado de la tierra de los abuelos, del presente y futuro de quienes nacerán en este lugar.
La tierra del sombrero de jipi y palma es uno de los atractivos del Camino Real, un lugar que conserva en las cuevas, la frescura de los recuerdos familiares y se empeña en preservar la herencia artesanal, actividad propia tejida con los hilos de la palma y la pasión para hacer filigranas naturales. Quien conoce su pasado honra su tierra, aquel que desconoce sus raíces, niega la grandeza y el porvenir.
Felicidades Bécal por celebrar el IX Aniversario como Villa.
San Francisco de Campeche, Cam. 23 de abril de 2013. |
