Estoy
en el entendido que no todo lo hecho, ni todos los acontecimientos
que esta Sociedad organizó a lo largo de su existencia
fueron asentados. Es posible que muchos de ellos hayan
escapado a nuestra investigación; pero sí
se registran aquellos que se consideraron de mayor relevancia.
Por fortuna, en los archivos de la Aurora se conservan
los libros de Actas y Acuerdos, en los que se registra
el hacer de los socios auroristas, desde el día
de la fundación de la agrupación el 3 de
abril de l927. Estos libros fueron la fuente más
importante que tuve a mi alcance y que me permitió
escribir esta historia que era ya un reclamo para que
la memoria de la Aurora no se extraviara con el paso de
los años. También para que los que de alguna
manera dieron algo de si para ella conserven un documento
que recordara sus pasos por los senderos de esta agrupación
cultural y desde luego para que las nuevas generaciones
sepan que la Sociedad Cultural Aurora nació y desarrolló
su fructífera vida al impulso de las inquietudes
creativas juveniles en aquellos lejanos ayeres de las
primeras décadas del Siglo XX.
Siempre
caminó a la vanguardia de los programas socioculturales
y deportivos de Calkiní y hasta hoy en la primera
década del actual Siglo XXI, la Aurora se esfuerza
por poner su granito de arena para que la cultura de este
pueblo al que un día se le llamó ”La
Atenas del Camino Real” prevalezca en el grupo de
los pueblos más cultos de Campeche.
Este
modesto trabajo que hoy ponemos a la consideración
de ustedes es mi homenaje a la “Aurora”, a
la que he servido con una gran emoción desde los
años de mi juventud, en l953, en que fui aceptado
como socio activo de ella.
En
la composición de este libro participaron Ex Presidentes,
Ex Embajadoras y muchos socios. También colaboraron
muchos amigos de la Sociedad. Todos aportaron valiosa
información, por lo que, les expreso mi gratitud.
Que hago extensiva al H. Ayuntamiento de Calkiní
del trienio recién pasado que presidió el
Profr. Jorge A. Cocón Collí en su carácter
de Presidente Municipal, ya que gracias al acuerdo del
Cabildo se imprimió este libro.
Acerca
del contenido de la obra ha llegado a ustedes en la voz
de los presentadores: Mis hijos Alonso y Lizbeth Marlene
Reyes Pinto, a quienes felicito emocionado por lo bien
que lo han hecho.
Sin
embargo, considero de justicia tributar un homenaje a
quienes, en sus años jóvenes fundaron la
Sociedad Aurora de Calkiní y cuyos nombres figuran
en las páginas del libro: Fernando Baeza García
ideólogo y Primer Presidente, Isauro Herrera, José
del C. Cuevas Sierra, Juan Berzunza Herrera, Andrés
Alpuche Herrera, Jorge Abuxapqui Adam, Rodolfo Rodríguez
Cuevas, Efraín Pérez Rodríguez, Tomás
Casanova Quintero, Trinidad Blanqueto H. Después
de ellos, llegaron otros jóvenes, muchos hombres
y mujeres más que con inusitado entusiasmo brindaron
a esta sociedad cultural la fortaleza y el esplendor que
ha permitido su reconocimiento tanto dentro de nuestro
país como más allá de sus fronteras.
Todos ellos son merecedores de nuestro reconocimiento
y respeto. Sembraron los cimientos para que la Aurora
disfrutara de una larga vida que aun no termina, sirviendo
siempre al fomento de la vida cultural de Calkiní
cuna de su nacimiento.
Quiero
terminar mi intervención agradeciendo al Profr.
Isauro Herrera Blanqueto la conducción del Programa.
De igual manera a la actual Directiva que con tanta animosidad
conduce el Met. Fernando Rodríguez Ortegón.
También agradezco a todos los que hicieron posible
la realización de este evento cultural. Y a los
que con su presencia le dieron mayor realce. A mis amigos
Maestros Jubilados. Al Cronista de la Ciudad, Profr. Santiago
Canto Sosa.
Y,
abusando de la bondad de los presentes quiero significar
la presencia de mis hijos acompañados de sus esposas
o de sus esposos, la de mis nietos, niños y niñas,
y de mi primer bisnieto, que por allá andan correteándose
en los salones de la Aurora.
Permítaseme
un último pensamiento a la Sociedad Aurora en sus
83 años de vida.
AURORA,
tú eres como el verso de una romántica canción
cuando dice:
“Un
viejo amor, ni se olvida ni se deja. Un viejo amor, de
nuestra alma sí se aleja, pero nunca dice adiós“.
En
los auroristas ese romanticismo ha prevalecido a través
del tiempo en sus emociones y en el espíritu que
los ha unido a lo largo de tantos años. Quienes
un día se alejaron, nunca han dicho adiós
a la Aurora y sí guardan de ella inolvidables y
gratos recuerdos. Es como un viejo amor que ni se olvida
ni se deja.
Gracias
por el honor de su atención. |